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Una institución que dé lugar a lo singular

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  • N° 5
  • Psicología Comunitaria

Lic. Noelia Segura: Psicóloga, egresada de la UNLP. Psicodramatista. Operadora Psicosocial en salud Comunitaria. Diplomada en Salud Mental y Derechos Humanos UNPAZ. Actualmente cursando la Especialización en Salud Comunitaria del Colegio de Psicólogos y Psicólogas Distrito XI y la Diplomatura Políticas Publicas en Salud Mental de la Escuela de Gobierno Floreal Ferrara. Trabajadora de la Salud del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Hospital Dr. Alejandro Korn y actualmente Coordinadora del Centro Comunitario Las Rosas. Docente de Salud Pública del CEBAS Nº1 Floreal Ferrara /////////////////////Lic. Paula Lagunas: Psicóloga. Psicoanalista. Licenciada y Profesora en Psicología egresada de la UNLP. Referente Disciplinar de la Residencia de Psicología. Trabajadora de la Salud del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Coordinadora del Centro Comunitario Las Rosas.

Nos proponemos transmitir el proceso de transformación del Centro Comunitario Las Rosas perteneciente a la Subsecretaria de Salud Mental, Consumos Problemáticos y Violencias en el Ámbito de la Salud Publica del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires. Desde nuestra llegada a la Coordinación, en septiembre del 2020, Varios han sido los desafíos, siempre orientados por una pregunta: ¿es posible una institución dócil a lo singular? Es decir, una institución que sepa dar lugar a la escucha, a la diversidad, que favorezca el acceso a la salud y el armado de dispositivos flexibles. ¿Cómo concretar esos anhelos?

Recién llegadas al Barrio nos preguntamos ¿Qué comunidad habitamos?, ¿Qué función tiene la institución en la comunidad? Partimos de historizar la relación de la institución con la comunidad del barrio las Rosas, nos encontramos con que hubo periodos de permeabilidad a la comunidad con proyectos que siguen siendo muy significativos aún hoy. Esos periodos se alternaron con períodos de encierro total de la institución y el equipo, periodos donde incluso se abandonaron de golpe proyectos significativos para la gente del barrio sin que éstos pudieran entender bien el porqué. Tomando esta información, empezamos a crear dispositivos y allí cada día buscamos los modos de favorecer el acceso a la institución y de acercar la institución a la comunidad. Es interesante cómo en cada aspecto de los dispositivos se ponen en juego ciertos detalles y cuidados que pueden entorpecer o favorecer su accesibilidad y funcionamiento, desde las modalidades de inscripción, hasta los horarios y la disposición del espacio. La apuesta no es sencilla, porque también se trata de estar allí donde hace falta. O de hacer falta allí donde se está. Instaurar un vínculo, un lazo. Formar parte de una comunidad. 

Este proceso de transformación que nos proponemos en el Centro Comunitario se enmarca en una serie de cambios en el sistema de salud que vienen siendo impulsados desde diferentes sectores, y en particular en una apuesta que lleva adelante la actual gestión de la subsecretaría de salud mental y la provincia de Buenos Aires en relación a la Salud Mental. Es en este sentido que situamos algunos de los ejes de la transformación del sistema de salud/salud mental tratando de precisar el modo en el que los llevamos adelante en el Centro Comunitario.

Se busca conformar un sistema público de salud integral, mixto, universal y accesible a toda la población (en donde se favorezca, se brinden herramientas y se construyan intervenciones que permitan verdaderamente el acceso de los sectores marginalizados, excluidos, criminalizados y segregados). Con clara rectoría del Estado que establecerá diferentes políticas que favorezcan un abordaje integral de la salud/salud mental, desde una perspectiva intersectorial, basada en los derechos humanos. El sistema de salud, como toda formación humana se encuentra determinado por múltiples factores: políticos, económicos, sociales e intervienen los más diversos actores, intereses y pujas de poder. Será en ese entramado y luchas mediante, que los cambios se irán gestando y produciendo.

Uno de estos cambios a destacar, fue la sanción y la posterior reglamentación de la ley Nacional de Salud Mental N° 26657 en el año 2010. La ley introduce regulaciones, enmarca y brinda herramientas para el cumplimiento de derechos y el resguardo del paciente.  Esta ley establece con claridad lineamientos, definiciones y modos de implementación de las prácticas en salud mental, rompiendo de un modo claro con un paradigma paternalista, positivista y estigmatizante de la salud mental. Dentro de los múltiples aspectos que pueden destacarse de la ley tomaremos aquellos que se vinculan con algunos de los abordajes que estamos llevando adelante desde el Centro Comunitario Las Rosas.

 La ley nos permite darle otro estatuto al equipo de salud interdisciplinario, éste es quien decide la internación, se ordena de otro modo el vínculo entre la salud y la justicia, dando peso a la palabra del paciente y al juicio clínico del equipo profesional. La internación es entendida como una herramienta terapéutica y como último recurso, cuando ya se han agotado otras estrategias de abordaje y cuando hay riesgo cierto e inminente.

Desde el centro Comunitario Las Rosas fuimos atravesando diferentes etapas. En un primer momento, por problemas de infraestructura del edificio, se interrumpieron las internaciones y se implementaron varias estrategias que apuntaron a acompañar a los equipos que referían tener pacientes en situación de internación: desde entrevistas con los equipos en donde revisar las estrategias implementadas y proponer otras, hasta la implementación de un equipo de seguimiento domiciliario conjunto (entre ambas instituciones).

Asimismo, han llegado, y actualmente atendemos pacientes graves que llegan a la consulta gracias a la posibilidad que da el anclaje territorial, la cercanía y la modalidad de transmisión sobre la atención que se fue dando entre vecinos.

También, desde el Programa de Infancias y Juventudes de la Subsecretaría de Salud Mental nos propusieron participar de un trabajo que se viene impulsando en relación a las evaluaciones de los Jóvenes alojados en Centros Cerrados. Se trata de una prueba piloto, desde la cual se pretende realizar informes que aporten otra perspectiva de estos jóvenes, poniendo el acento en sus potencialidades y armando en conjunto con las instituciones estrategias de externación que contemplen esas dimensiones. Asimismo, se busca crear un espacio desde el cual poder incidir en las modalidades de abordaje de estos jóvenes, así como la relación entre salud y justicia. La propuesta incluye encuentros entre los equipos que realizamos las evaluaciones y los equipos de los centros cerrados y espacios de capacitación comunes. No perdemos de vista que es un largo proceso, de enormes dimensiones, se trata de una apuesta a construir un diálogo posible entre la Salud Mental y la Justicia. Apostamos al trabajo conjunto y sabemos que contar con el apoyo y la decisión política de transformación, tiene su peso.

En esta misma línea se han llevado adelante desde la subsecretaría reuniones con justicia y se está trabajando sobre un modo de responder a los oficios de un modo más institucionalizado (tratando de evitar la fragmentación y apostando a ordenar las demandas de la justicia) y los pedidos de internación o tratamiento provenientes de ella. Ya que otra de las prácticas propias de paradigma punitivista es vincular a la droga con el crimen y con el castigo. Es toda una dimensión del trabajo separar el abordaje de los consumos problemáticos de la conducta criminal, así como de la idea de enfermedad y de castigo. Los tratamientos compulsivos a personas que consumen drogas, lo único que hacen es confundir el tratamiento con la pena y patologizar el consumo. Desde el paradigma de los derechos humanos se trabaja para romper estos estigmas y para favorecer el acercamiento de toda persona que lo requiera a las instituciones de salud.  A su vez la ley de salud mental establece en su Artículo 4° que “Las adicciones deben ser abordadas como parte integrante de las políticas de salud mental. Las personas con uso problemático de drogas, legales e ilegales, tienen todos los derechos y garantías que se establecen en la presente ley en su relación con los servicios de salud”. Este articulo generó mucho rechazo de parte de intereses ligados a mantenerlas por fuera de la ley.

El sistema de salud argentino es un sistema caracterizado por la fragmentación y la heterogeneidad. Otra de las dimensiones que exige la transformación del sistema es la articulación entre los diferentes niveles de atención, es una consigna repetida por cada gestión al llegar y de muy difícil concreción. Desde el Centro Comunitario realizamos nuestro aporte:

Hemos implementado una gran apertura de la institución a la comunidad a la que pertenece, formamos parte activa de la mesa barrial y tuvimos reuniones con los diferentes referentes de la zona, tanto de salud, como referentes comunitarios y educativos. Estamos convencidas de que necesitamos instituciones abiertas a la comunidad, el acceso a la salud es un derecho básico, y no se da solo por existir, es un trabajo cotidiano darnos a conocer, tratar de llegar a diferentes ámbitos y sectores del Barrio.  Muchas acciones que construyen lazos y que permiten alternativas para evitar internaciones y favorecer el acceso a la salud y la construcción de ciudadanía desde una mirada que valora a cada uno desde su singularidad y sus derechos.

También hemos convocado a las profesionales de salud mental de todos los centros de salud cercanas y con ellas y los demás referentes del área hemos promovido el armado de lo que denominamos la red de salud mental zona oeste. Red que irá tomando forma y sentido en su propio accionar, por el momento funciona como un espacio donde conocernos e intercambiar experiencias, modos de abordaje y referencias de todo tipo.

Darnos a conocer, recorrer el territorio y favorecer la accesibilidad es uno de nuestros primeros objetivos, esto solo puede hacerse de modo interdisciplinario e intersectorial. Fue así que una vecina se acercó a pedirnos si podíamos prestarle el espacio para que tengan clases con su maestra, nos reunimos con la docente y la coordinadora del área y hoy tenemos un espacio de alfabetización de adultos. La Alfabetización es un eje fundamental para poder garantizar el acceso a los Derechos básicos de la población. Este espacio posibilitó que muchos vecinos hicieran otro tipo de consultas y también que otros vecinos que realizan consultas psicológicas se animaran a retomar sus estudios.

También nos contactamos con el Centro de Educación Agraria 28 (CEA) que ya realizan algunos talleres en el Barrio y dimos inicio a tres talleres que cuentan con certificación oficial del Ministerio de Educación con el objetivo de promover herramientas para la inclusión laboral: curso de huerta, de repostería y de alfajores regionales, que otorgan certificados oficiales. Otro eje que para nosotros es importante, desde una mirada de abordaje de salud integral es acompañar las trayectorias también desde los educativo y formativo en pos de alcanzar mejores posibilidades de acceso al ámbito laboral.

También se están realizando un taller de apoyo en matemáticas, taller de escritura creativa, taller de plástica y pintura, yoga, taller de tatuajes (en donde se propone tanto asesorar a tatuadores, como una introducción al dibujo). Hemos abierto consultorios externos de salud mental con un equipo interdisciplinario conformado por psicólogos, trabajadora social, enfermeras, psiquiatra y operador territorial. Tenemos la suerte de contar con espacios amplios y ventilados y las actividades se realizan con cuidados y respeto de los protocolos vigentes. Estamos atentos y acompañando el impacto de la pandemia en el barrio, es así que también inscribimos al Vacunate, que hemos solicitado un Detectar para el Barrio y recientemente organizamos un operativo interministerial que incluyó vacunación para Covid-19. Muchos vecinos pudieron acceder a la primera dosis de la vacuna gracias a dichos operativos ya que las dificultades para acceder a los turnos recibidos habían hecho que optaran por no vacunarse con todo lo que implica eso en un contexto que vuelve a ser complejo en relación a la Pandemia.

Un modelo acorde a las perspectivas de los derechos humanos exige un cambio cultural y tomará entonces en cuenta las experiencias de los trabajadores y requiere su compromiso cotidiano. Un dispositivo que aloje la diversidad de la demanda del territorio, requerirá un trabajo de readecuación constante.

Bibliografía.