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Residencia para la externación, un dispositivo en construcción. Htal. Estéves

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  • N° 5

Evelyn Suarez, Lic en Psicología (Universidad Nacional de La Plata) Psicóloga residente de primer año del Hospital Interzonal Especializado en Salud Mental Dr. José A. Estéves. Feminista y practicante del psicoanálisis.

“Ya no consumo alcohol
pero sí tengo pastillas psiquiátricas,
Y

los miedos

a los duendes de colores
¿Quién los quitará?
Solo su magia voy a extrañar.
No sé de dónde vengo, ni a donde voy
Unas máscaras para mirar los muros,
y el sol”
Usuaria del Bondi Artístico Comunitario. Escritora.

 

Residencia para la externación, un dispositivo en construcción

En el marco de la transformación hospitalaria que se impulsa luego de la aprobación de la Ley Nacional de Salud Mental 26.657 y su posterior implementación, se crea en el año 2017 el dispositivo llamado “Residencia para la externación” en el Hospital José A. Estéves, bajo una apuesta que construya un volver a estar de lxs usuarixs, en la comunidad. Este volver a estar para muchxs de lxs trabajadorxs impulsados por este deseo de un dispositivo que responda desde ciertos costados, al espíritu de nuestra ley de Salud Mental, y a su vez, que devuelva un trozo de dignidad humana, significa también trabajar con usuarixs que han pasado muchos años de procesos de internación ininterrumpidos, o de reingresos permanentes. Con lo que ello conlleva, las grandes marcas que dejan en el cuerpo y en la singularidad de cada quien, los efectos de la institucionalización. Un volver a estar que abre distintas historias, procesos, encuentros y desencuentros no solo en cada usuarix, sino al interior de cada equipo interdisciplinario.

Un volver a estar que retorna en un cada vez, que reimprime un volver a empezar.


Breve historización

El Hospital Estéves está ubicado en la ciudad de Temperley, partido de Lomas de Zamora. Es una institución monovalente de tercer nivel de atención, con referencia provincial que atiende y acompaña distintos procesos de personas con padecimiento mental. El mismo contempla tanto la modalidad de tratamiento ambulatorio para mujeres, varones y disidencias como así también el dispositivo de internación, que es sólo para población de mujeres y/o identidades autopercibidas como tales.
Fue inaugurado el 26 de septiembre de 1908, recibiendo alrededor de 400 pacientes del Hospital Nacional de Alienadas (actual Hospital Braulio Moyano). El Hospital se instaló en la “Quinta de Varela”, espacio que cuenta con 14 hectáreas, por lo que la construcción de salas y espacios verdes se extendió en todo el predio. A lo largo de su historia, el hospital llegó a albergar en salas de internación hasta 2000 mujeres. Actualmente, hay 555 mujeres internadas, distribuidas en distintas salas (Sala de Admisión, Sala Ayerza en donde se encuentran mujeres con presentaciones agudas, Salas en donde las presentaciones son sub-agudas y Salas de externación). A su vez, la institución cuenta con Consultorios Externos y el Hospital de día para realizar tratamientos ambulatorios. Se completa con el servicio de Guardia, que se desarrolla como un dispositivo de atención en crisis que funciona las 24 horas, los 365 días del año.

Los intentos de transformación en el siglo XX: la experiencia del Centro Piloto

En la década del ‘50, cuando se descubrieron los primeros psicofármacos antipsicóticos, tranquilizantes, antidepresivos y estimulantes (Clorpromazina, en 1952; Haloperidol, en 1958; Clozapina, en 1966), se comienza a tejer que la posibilidad de trabajar distintos padecimientos mentales, fuera estrictamente de los manicomios. Éste es un momento de ebullición de críticas al modelo psiquiátrico tradicional y de nacimiento del campo de la Salud Mental (Galende, 1990). Dentro de esta perspectiva crítica al manicomio, se fueron desarrollando distintas experiencias que dieron cuenta de la crisis del paradigma de la psiquiatría tradicional en el mundo.

Las comunidades terapéuticas se impulsaron como experiencias piloto en la Argentina durante la dictadura de Onganía en distintas colonias del país, que a su vez retoman una propuesta de 1953 de la Organización Mundial de la Salud que había llamado a transformar los hospitales psiquiátricos en comunidades terapéuticas (Galende, 1990).

La experiencia del Centro Piloto de Comunidad Terapéutica del Hospital Esteves funcionó entre julio de 1968 y enero de 1971. El personal del Centro Piloto se integró con un equipo compuesto por 20 médicxs, 12 psicólogxs, 4 sociólogxs, 2 psicopedagogxs, 4 terapistas ocupacionales, 5 trabajadores sociales, 12 enfermerxs y numerosxs voluntarixs. También se remodeló un pabellón para adecuarlo a las necesidades de un tratamiento intensivo con internaciones breves, con salas de internación de hombres y mujeres. El Centro Piloto se organizó como una comunidad terapéutica. Esto implicaba una serie de dispositivos como grupos terapéuticos, terapia ocupacional, expresión corporal, psicopedagogía, trabajo social, etc. que apuntaban a relanzar la palabra -en cualquiera de sus formas- del usuarix. En la comunidad terapéutica se buscaba que todo lo que hiciera lx usuarix en su internación fuera terapéutico. La Asamblea de todos los integrantes de la comunidad, por la cual pasaban todas las decisiones de la misma, era el dispositivo central (Vainer, 2005). Los espacios asamblearios eran integrados por lxs pacientes y distintxs profesionales, se debatían sobre distintos aspectos del tránsito institucional, se abordaban mediante la palabra distintas situaciones que hacían a la permanencia en las salas de internación. A su vez, se tomaban decisiones entre todxs en relación a salidas terapéuticas y procesos de externación (lo que en su momento se conocía como permisos y altas). Las asambleas se realizaban dos veces por semana, la concurrencia era voluntaria, y podían durar entre dos y tres horas cada una. El dispositivo de la asamblea constituyó una práctica humanizante, que anudaba a las personas con distintos padecimientos, al empoderamiento de la palabra, al acercamiento de una perspectiva de derechos humanos, a ser parte de su propio tratamiento, a devolver algo de la dignidad humana.

Sin embargo, el intento de transformación y de que un monovalente abriera sus puertas a la comunidad, siendo sus usuarixs voces estandartes de ello, no duró demasiado. Lxs profesionales del Hospital Estéves que impulsaron esta nueva forma de habitar el manicomio, fueron acusadxs de “comunistas”, y quedaron “cesantes” de sus puestos de trabajo.

¿Qué ocurre cuando la palabra cesa? ¿Cuando lo mortificante del encierro silencioso, vuelve a aparecer?

Los muros volvieron a crecer.

Y la lógica manicomial volvió a encrudecer.

 

Residencia para la externación

Este dispositivo nace en 2017 en ligazón con la Unidad de Enlace Comunitario (UEC), la cual se constituyó como un espacio de gestión institucional, transversal, intersectorial e interjurisdiccional que favoreció la concreción de externaciones sustentables, con el intento de garantizar las mejores condiciones posibles de inserción de las mujeres en los diferentes ámbitos: familiares, comunitarios, educativos y de salud, propendiendo a reducir el número de internaciones/re-internaciones motivadas en la endeblez del sistema de apoyos.

Las mujeres que se encuentran en situación de internación en el Hospital Estéves presentan dificultades para concretar sus externaciones, una vez que se encuentran compensadas. Esto ocurre no solo por cuestiones de índole social, económica y de género, sino también por el impacto que las condiciones propias de la internación y la lógica del funcionamiento institucional que se encuentran instituidas, impactan en sus cuerpos y singularidades. En este horizonte de problematización, surge el dispositivo de Residencia para la Externación, en consonancia con los procesos de transformación que se empezaron a plantear en los distintos niveles de gestión, en el marco de espacios que promuevan la ciudadanía y el pleno ejercicio de derechos. A su vez, se espera que el dispositivo promueva espacios en donde se entretejan proyectos de vida, se recuperen hábitos, se propicien las condiciones de inserción en la comunidad, acompañando la implementación de nuestra Ley de Salud Mental.

El norte de intervenciones tiene que ver con una Planificación Centrada en la Persona (PCP) en donde se refuerza las fuentes de recursos, de servicios y de apoyos que fortalecen la autodeterminación y la inclusión de cada persona, amparada en el trabajo de un equipo interdisciplinario (Trabajadores sociales, Psicologxs, Terapistas ocupacionales, Enfermería, Psiquiatría, Talleristas)

En este sentido, una vez que la usuaria ingresa desde otra Sala de internación, a la Sala de Residencia para la Externación se comienza con distintas planificaciones que tienen que ver con los posibles para esa persona y el deseo de cada quien. Se ofrece trabajar sobre la revinculación familiar, sobre la búsqueda de una unidad convivencial, sobre la derivación a otras instituciones no monovalentes y sobre la articulación con el Programa P.R.E.A (Programa de Rehabilitación y Externación Asistida).
El dispositivo además cuenta con actividades intra e interinstitucionales: Área terapéutico-asistencial, Área de participación y expresión, Área socio-ocupacional, Área académico-formativa.

Se articula con el C.R.E.A.R (Coordinación en Rehabilitación, Educación y Actividades Recreativas) que tiene a su cargo los diferentes programas que atienden a estas áreas antes mencionadas. El C.R.E.A.R como misión mejorar la calidad de vida de las usuarias, promoviendo la adquisición y/o recuperación de habilidades y competencias, recursos académicos, laborales, recreativos y creativos, necesarios para asegurar la integración de las usuarias en la comunidad de manera de favorecer la reinserción en las mejores condiciones, logrando el máximo nivel de autonomía y disminuyendo los efectos de la institucionalización. Se trata de la implementación de intervenciones terapéuticas interdisciplinarias no convencionales, capaces de ofrecer una contribución innovadora y creativa al proceso de rehabilitación de las personas en situación de internación, desarrolladas con una sólida base humana, técnica y profesional, en un marco de respeto y solidaridad, sustentado en un conjunto de valores y principios que parten de la consideración de las potencialidades y capacidades con las que cuenta cada persona y promueve la optimización de estos recursos saludables.

El trabajo en red, tanto con otros servicios como con otras instituciones, propicia la participación de las usuarias y de sus familiares, con el fin de conseguir una óptima reintegración de las mismas a su entorno familiar y social mientras dure la internación y hasta el momento del alta hospitalaria (con continuidad en su vida extra-hospitalaria).

El trabajo realizado en articulación con el C.R.E.A.R se fortalece en el dispositivo de asamblea, que se sostiene semanalmente como espacio grupal entre las usuarias y lxs trabajadorxs, con el objetivo de trabajar cuestiones institucionales y de dinámicas vinculares. También se encuentran los talleres artísticos del cual nace “Bondi Artístico Comunitario”, que trabaja todo el año en actividades como teatro, canto, escritura, entre otros. Talleres Educativos, Recreativos, Lúdicos y de Micro Emprendimientos. También se encuentran los espacios psicoterapéuticos y de terapia ocupacional.
Asimismo, en un proceso de externación el equipo interdisciplinario realiza un acompañamiento a las usuarias en su contexto territorial: Visitas domiciliarias en el marco de una continuación del tratamiento psicofarmacológico y psicoterapéutico hasta la articulación efectiva con otros efectores comunitarios, no limitados al área de Salud necesariamente.

La externación aún requiere problematización, de-construcción y construcción permanente. La externación requiere de tiempos subjetivos, de procesos de simbolización, de autonomía progresiva, que implican la necesidad de dispositivos específicos y diversos, tanto dentro como fuera de la institución, y que contemplen espacios para el desarrollo de las potencialidades y de reconstrucción del lazo social y de redes socio-comunitarias de las mujeres que han atravesado internaciones prolongadas, que evite las prácticas tutelares, y que sea bajo una presencia activa del Estado en la reconstrucción de apoyos sociales y materiales, para la vida en comunidad.

 

Referencias bibliográficas

Galende, E. (1990). “El sistema de la salud mental e Historia Crítica: de la psiquiatría positivista a las políticas de salud mental”. En Psicoanálisis y Salud Mental. Para una crítica de la razón psiquiátrica. Buenos Aires: Paidós

Pierri, Carla. (2020) Cap 4. En Historias locas. Teseo

Vainer (2005) Sociedad de Locos. En Clepios, revista de residentes de Salud Mental, Número 38.