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Reflexiones fragmentarias sobre los efectos de la Pandemia

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  • N° 4
  • Salud Mental

Psic. Analia Regairaz MP 50366- Ex Presidenta del C.Psicólogxs D.XI y del Colegio de Psicólogxs de la Prov. de Bs. As.- Docente de la UNLP..- analiaregairaz@hotmail.com

acuarela de Alondra Passols – “Entramades” – Sept. 21

 

                                                    We have therefore made the assessment that #COVID19 can be characterized as a pandemic”- [1]

 

Salud Mental y Ejercicio profesional – La validez del fragmento

 

Este 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, y en proximidad temporal, conmemoraremos el día del psicólogx en Argentina.

 

El 13 de octubre se recuerda aquel primer Encuentro Nacional de Psicólogxs y Estudiantes de Psicología que se realizó en la ciudad de Córdoba en 1974. Momento fundante de una posición ético-gremial que ha sido un fuerte legado a través de las generaciones, y que solemos reeditar para que el ejercicio de memoria haga su parte. Se recorrió bastante hasta la promulgación de la Ley de Ejercicio profesional de lxs Psicólogxs (10.306) en 1985 y el reconocimiento de las incumbencias profesionales de lxs psicólogxs. Estas actividades reservadas se volverán a redactar, de un modo más sucinto[2], con la inclusión de Psicología en el art. 43 de la Ley de Educación Superior que considera las profesiones reguladas por el Estado: aquellas cuyo ejercicio pudiera comprometer el interés público poniendo en riesgo de modo directo la salud, la seguridad, los derechos, los bienes o la formación de los habitantes.

…….

Volviendo sobre la conmemoración mundial. Cada año la OMS propone un lema en vistas a cumplir con el objetivo propuesto: sensibilizar y crear conciencia sobre los problemas de salud mental en todo el mundo y movilizar esfuerzos en ese sentido. El lema escogido para este año es Salud Mental en un mundo desigual. “Atención de salud mental para todos: hagámosla realidad”.  Tal como se encuentra en la página oficial de la OMS el objetivo propone la ampliación del acceso a una atención de salud mental de calidad.[3]

Salud mental y ejercicio profesional presentan perspectivas que sostienen lazos de co-pertenencia. Si bien datan de circunstancias y hechos que corresponden a décadas diferentes de los últimos 40 años, ambas cuentan con sus propios antecedentes.

Desde allí que estas fechas/hechos nos convocan, con variadas resonancias.

Cada vez.

Sólo que, esta vez, no podemos no referirnos a que “la vida” pasó a estar determinada por una pandemia[4], circunstancia que en este país se inicia el 16 de marzo de 2020.

Hace ya de esto, algo así como más de un año y medio, casi 19 meses, o mejor alrededor de …. y podemos calcular semanas o días, horas…

El tiempo…. Qué instancia enrarecida. Lo que habitualmente era el devenir cotidiano, cuyo transcurso se invisibilizaba detrás un hacer, muchas veces burocrático, de pronto adquirió otra textura con el abrupto detenimiento que, mayoritariamente, impuso el ASPO[5] a nuestras vidas.

Y todo aquello que habitaba el tiempo en cada unx, cambió. Las expresiones y derivas subjetivas mostraron la verdad de lo singular y lo que hace al ejercicio profesional, no unívoco, tampoco se mantuvo por fuera de este sacudón. Sin descontar que, en tanto sujetxs, lxs agentes de salud estábamos también afectadxs.

 

¿Cómo es volver a hablar sobre lo que atañe a la salud mental y al ejercicio profesional de lxs psicologxs frente a las vicisitudes que la pandemia nos impuso? ¿Se tratará sólo de repensarlas cuando fue imposible sostener en continuidad los “cómo” y “de qué manera” que atañen a estos campos? Frente a lo que operó sin dudas como un gran impasse que puso en jaque todo lo conocido (crecientes formas del malestar y sus abordajes posibles), ¿habrá que aceptar sin más, que surgió lo nuevo, y que lo disruptivo y urgente que se (nos) impuso se sostiene per se?, ¿de qué hablamos y/o empezamos a aceptar como nueva normalidad? ¿Cómo se afectaron los lazos? ¿Qué cuestiones pudimos haber dejado por fuera de nuestra participación? … por proponer sólo unas puntas.

Muchxs colegxs, y otrxs intervinientes desde el campo Psi, no aceptamos respuestas rápidas acerca de los “qué”… y…“cómo”, ni admitimos azar en lo que refiere a posibles abordajes. Considerando la importancia y particularidad que hace a estas circunstancias, y en atención a aquello singular que los padecimientos subjetivos revelan, creemos posible ponernos a salvo de una perspectiva patologizante, situable en las lógicas evaluativas generalizadoras, con su base individualista y descontextuada. Excepto que, sea ése, para alguien, el punto de partida.

Dejamos en un aparte la necesidad que el Estado tiene de información que, volcada en términos estadísticos, le provea de materia para la implementación o redirección de sus políticas públicas.

 

Tomando la condición fragmentaria de estas líneas, circunscribo el recorte: desde algunas referencias y saldos de experiencias recorridas y compartidas, abrir un espacio que invite al intercambio. Se hará necesario tomarse trabajo para dilucidar sobre los efectos de la propagación de este virus, su impacto en lo que atañe a la salud mental[6] de lxs sujetxs y en los modos de intervención a que lxs psicólogxs fuimos o nos sentimos convocadxs a tomar lugar, tanto en los ámbitos públicos como privados.

 

 Políticas públicas-Salud Mental.

Abundar en lo que la pandemia de la COVID-19 impactó en la salud mental de las personas, no va a ser el eje de este apartado. La pandemia golpeó. Y su golpe se irradió a todos los costados de nuestras vidas, sólo que afectando de manera desigual a las poblaciones. Así se dio en el mundo, y nuestro país no fue excepción.

Sabemos, ya pasado todo este tiempo, sobre las etapas transcurridas, algunas caracterizadas por índices: de contagios, ocupación de camas, insumos, y más a veces sobre fallecimientos, que sobre recuperaciones. Se iban conociendo los variados efectos físicos de la infección viral, y su impacto emocional, como de las tan diversas reacciones psicológicas de quienes íbamos padeciendo de otro modo el convivir con la enfermedad. Fue imprescindible hacer llegar buena información sobre medidas preventivas, contar con acceso a los servicios que posibilitaran tal prevención, y toda otra condición que propendiera al no contagio o al diagnóstico temprano y…su tratamiento. Un punto central, la situación económica.[7]

Nuestras vidas mostraban su cara real, lo desigual, lo incierto, lo abrumador de lo contingente. Y se materializaba en expresiones tales como alerta, miedo, inseguridad, sensación de encierro. Cuándo no, en situaciones más extremas, impotencia frente a aquello materialmente inmodificable.

En el mientras tanto se rearmó el sistema sanitario, imprescindible sin dudas. Se debía hacer en el eje del “para todxs”, fundamento de la responsabilidad del Estado. El Estado tiene obligaciones y tomó decisiones en ese sentido. En esa marcha, se iba llevando adelante una campaña sanitaria sin libreto, ¿es que lo habría frente a lo inédito, abrupto de lo pandémico? Así muchas voces entendidas, expertas se convirtieron en referencia.

Se hace imprescindible destacar la implementación del plan de vacunación no obligatoria en nuestro territorio. Iniciado los primeros meses de este año tuvo acogida por una gran parte de la población, basada creo, en la larga tradición y confianza en los esquemas vacunatorios. Se lograba una inoculación física y también con efectos en lo psíquico, un horizonte de protección asomaba.

Así las cosas, por un lapso no breve lxs psicólogxs no entendimos y nos preguntamos qué lugar se nos asignaba en las acciones sanitarias. Si bien todxs lxs colegxs que trabajaban en los ámbitos públicos estuvieron poniendo el cuerpo desde el primer momento, en marcos más generales, hubo polémica sobre si éramos o no consideradxs personal esencial en la campaña sanitaria. El cuidado de la vida se volvió urgente, claro está, y eso estuvo fuera de discusión. Pero allí no terminaba todo.

Nos fuimos enterando, las más de las veces por canales informales, que en los hospitales zonales, los servicios de salud mental fueron formando/reinventando sus espacios, promoviendo escucha, intervenciones y dispositivos. Muchos que no pertenecemos al ámbito público, y que estábamos en condiciones para hacerlo, nos preguntamos sobre cómo poder tomar algún lugar, en acciones que sumaran. La ocasión de estar a la altura de nuestra formación y compromiso ético fue nula, la ausencia de acción de las instituciones que nos representan y regulan el ejercicio profesional fue flagrante. Frente a las circunstancias laborales y desafíos profesionales que tanto el ASPO como la Dispo determinaron, quedamos librados a nuestro buen parecer.

Estas últimas líneas no son ahorrables frente a la importancia de los ejes que conciernen a este trabajo, porque convocan además a recordar, que también cuenta la salud mental de lxs trabajadorxs de la salud mental. Y en estas circunstancias más.

Dejo para otro apartado la relación ejercicio profesional-ética.

 

Sujeto y Políticas públicas.

¿Puede aquello que el Estado imparte, responder por todas las situaciones singulares? Desde ya que las políticas públicas, deben tener esa mira. Al menos en los recortes que definan los objetivos de cada una.  Las “garantías” que soportan los derechos en una Sociedad, serán la referencia de lo que en tanto ciudadanxs podemos y debemos reclamar al Estado.

Elijo para lo que sigue proponer que esa tensión entre el “para todxs” y el “cada unx” se vuelvan coextensivos.

A mi modo de entender, y en este sentido mi perspectiva psicoanalítica toma lugar, lo singular no es excepción.

 

Salud Mental y Sujeto- ¿pero qué sujeto?

Solemos creer que acordamos cuando hablamos de sujeto. Las resonancias psicoanalíticas, son casi obvias, o en la deriva producción de subjetividad, asimiladas muchas veces no siendo lo mismo.

Voy a tomar esta última acepción, adelantando que, en tanto definición supeditada a atravesamientos sociales, históricos, políticos, no es posible asignarle un sentido unívoco.  En el Nacimiento de la Biopolítica, Foucault propone la distinción entre un sujeto de derecho, que propongo central en el marco de leyes de ampliación de derechos (de la que la LNSM, es ejemplo) y un sujeto de interés, que deriva de un discurso economicista sostenido en:

una ideología que defiende la retirada del Estado, su desmantelamiento a favor del mercado… el neoliberalismo es una construcción positiva, que se apropia no sólo del orden del Estado, sino que es un permanente productor de reglas institucionales, jurídicas y normativas, que dan forma a un nuevo tipo de “racionalidad” dominante, que socava los lazos sociales. (Foucault, 2007)

¿Que caracteriza al sujeto de derecho? “un sujeto de derecho se integra al conjunto de los restantes sujetos de derecho por medio de una dialéctica de la renuncia a sus propios derechos o la transferencia de estos derechos a algún otro” (Foucault, 2007). En nuestro marco es un sujeto que hace y se referencia en el lazo comunitario, base para una plena implementación de la LNSM.

Fue así como la alteración profunda de los lazos que las medidas de prevención impusieron, dejaron a algunos al descubierto mostrando sus expresiones más egoístas[8]. Otros, necesitados del vínculo “cuerpo a cuerpo” y luchas compartidas, sufrieron en extremo esta circunstancia que aún hoy cuesta retomar.

Entre medio, y para todxs, las ausencias de afectos cercanos, lo habitual cotidiano se transformaba, cuándo no, como en los rituales funerarios se introdujeron condiciones inéditas que impidieron despedir a unx ser queridx…se hizo frecuente la expresión “y…no lx vi más…” singularidades en la tramitación de duelo, que se harán notar prontamente. Cansancios, insomnios, hiperactividades, cambios de conducta en niñxs y adolescentes, violencias, incremento de consumos varios, suicidios. Secuelas post-COVID de diversos órdenes. Efectos de la hiperconexión. padecimientos mentales previos que se agudizaban. Infodemias. El factor económico ya comentado.

Cuando enfrentamos esta diversidad, de la que apenas señalamos algunos ejes, aparece un relieve que bordea singularidades imposibles de soslayar. Nuevamente, así como lo singular no es excepción, subsumir lo singular en categorías generales nos lleva por una vía de imposibilidad de intervenciones acorde a lxs sujetxs, atendiendo sus determinantes y elecciones. La dupla evaluación-clasificación, es otra vertiente del homo economicus.

La experiencia de la inundación de La Plata del año 2013, a quienes estuvimos en acciones comunitarias, nos proveyó la comprobación de que la insistencia para instalar un diagnóstico generalizado, por aquel entonces el trastorno de estrés post traumático, servía a la noticia rápida, de sesgo cientificista y buena bisagra para dar vuelta la página. En nosotrxs, primó la orientación a abrir la posibilidad de escuchar aquello que en marcos grupales y en emergentes individuales se iba produciendo y ya como reparador en los mismos espacios de intervención.

 

Ética y Ejercicio Profesional-  Cuando lo Ético es Político

Nadie puede desconocer la ley, reza el imperativo. Conocer aquello que fue redactado en términos de la regulación de nuestra práctica es indispensable. La Ley de Ejercicio Profesional, su reglamentación, el Código de Ética, también los marcos legales vigentes, muchas normas de orden público, con rango constitucional. Ateniéndonos a estas referencias inscribimos nuestros actos profesionales en una dimensión ética, y entre todas el Código explicita derechos y deberes de lxs colegiadxs (para con lxs usuarixs, hacia otrxs colegxs, y en relación a las Instituciones colegiales).

No hay dudas de las resonancias y alcances jurídicos, pero esto que orienta hacia lo que es o no lícito en relación al Ejercicio Profesional, nos convoca a plantear que hay algo más para decir en relación a la Ética.

Retomando el sesgo racionalista e individualista de los discursos economicistas que intentan moldear lo subjetivo según modelos estandarizados, tecnocráticos, que sostienen la idea de un sujeto-máquina-producción, se hace posible entender la diferencia entre moral y ética. En primera instancia porque desde esta lógica se deriva lo que está bien y lo que está mal, lo que es útil o no. La norma/normalidad. Cómo ya se dijo esta perspectiva desconoce las lógicas colectivas.

Sin desconocer la importancia y en las consecuencias que pueda tener alguna falta ética quisiera abrir a algunas reflexiones.

Sostener que lo Ético es Político, supone entender esta perspectiva en un más allá de lo que está bien y de lo que no. Lo que desde este binarismo se plantea seguramente sucumbe, se diluye en consideraciones morales, tratables como meros temas técnicos, que se resuelven con la justeza a los artículos del Código. Y, como deberíamos saber también, que no hay códigos de los códigos, que las totalidades/los absolutos en lo que hace a nuestra condición humana sólo son una ilusión o un mal sueño (bajo estas premisas se han cometido las más grandes injusticias), es por eso que “debemos” encontrar los modos, que siendo contingentes, inscriban éticamente nuestros actos. En lo que nos toca, profesionales.

Que lo Ético es Político, me lo sugirió la lectura de las primeras páginas de En torno a lo Político de Ch. Mouffe. Allí la autora, después de distinguir lo que es del orden de lo político y lo que atañe a la política, dice: Las cuestiones políticas no son meros asuntos técnicos destinados a ser resueltos por expertos. Las cuestiones propiamente políticas siempre implican decisiones que requieren que optemos entre alternativas en conflicto” (Mouffle, 2011).

Vueltita moebiana. Cómo atenernos a los enunciados de nuestro Juramento, basados en la libertad, la dignidad, aceptación de creencias, limitaciones de posiciones personales sin pensar que cada vez nuestros actos profesionales nos enfrentan a algo único.

Vaya si nos atañe esta dimensión política como propia al campo de lo Ético.

Ética y Ejercicio no se apartan, se recorren. Ingresemos “Político” a la categoría de buena palabra. Nos hace falta.

 

Para concluir

Que haya acceso a una atención de salud mental de calidad, lema que este año la OMS propuso para su campaña, será alcanzable si se dispone de más recursos humanos y económicos, la apertura de dispositivos alternativos, suficientes agentes de SM y desde ya un reconocimiento remunerativo acorde. Tanto para el campo de lo público como del privado hay tanto más que podría hacerse en el eje al fundamento desmanicomializante de la ley.

Quiero destacar sí, las acciones que, en la conversión de los monovalentes se están llevando a cabo. Pero, ¿dónde hallar datos reales sobre cuánto se invierte en cobertura de psicofármacos y la relación económica de inversión en abordajes alternativos? No es pretensión discutir la administración responsable de psicofármacos, pero si verdaderamente no es un punto a revisar en el conjunto de inversiones en salud mental, quizás se esté sosteniendo -“sin saberlo”-,  el modelo hegemónico que se pretende sustituir, antes que fortaleciendo la implementación efectiva de la Ley.

Las obras sociales (para generalizar), entre las que el IOMA es un actor fundamental, burocratizan de modo importante lo administrativo, resultando que lxs prestadorxs, en ocasiones perdamos de cobrar lo ya trabajado; varias OS no reconocen más que una prestación básica individual, además de los bajos aranceles. Iguales situaciones atraviesan otrxs profesionales, AT y Cuidadorxs intervinientes en equipos. El desaliento es inevitable. Si bien, deseo y compromiso ético no ceden….  “Autoridades[9]…. teléfono!!! “.

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Referencias bibliográficas

Foucault, M. (2007) El Nacimiento de la Biopolítica. Fondo de Cultura Económica.

Mouffe, Ch.(2011) En torno a lo Político. Fondo de Cultura Económica.

[1]“Por lo tanto, hemos evaluado qué # COVID19 se puede caracterizar como una pandemia ”

En hilo de Twitter de la OMS de marzo/20.

[2] Resoluciones 2447/85 y 343/09

[3] La OMS de acuerdo al lema del año anterior “Moverse por la Salud mental: Invirtamos en ella”,en su informe 2021 dió cuenta del déficit mundial de inversión en salud mental.

[4] Si un brote epidémico afecta a regiones geográficas extensas (por ej. varios continentes) se cataloga como pandemia. Algunxs consideran que calificarla de mundial o global no sería redundante.

[5] Aislamiento Social Preventivo Obligatorio, decretado en Argentina por la emergencia pública en materia sanitaria en marzo del 2020. Más adelante ver DISPO (Distanciamiento Social Preventivo Obligatorio)

 

[6] Ley 26657/10” En el marco de la presente ley se reconoce a la salud mental como un proceso determinado por componentes históricos, socio-económicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona.

 

 

[7] Sostener el día a día, que, se iba haciendo difícil, cuando no inviable, frente al derrumbe laboral formal e informal. Las medidas económicas y su efectividad no son tema de este fragmento, pero no es posible obviar este impacto ya que en términos de la concepción de salud mental es innegable que determinó en gran parte el cómo pudo transitar el aislamiento un alto porcentaje de la población. (especialmente, en el período iniciado en marzo 2020 y hasta el momento qué, según los indicadores sanitarios zonales, permitían, con contramarchas o de modo muy precavido reiniciar actividades laborales regulares) Diferente fue para quienes pudimos sostener nuestras fuentes de ingreso en las modalidades remotas. Los efectos fueron otros. Sobre este punto recomiendo https://www.revistaanfibia.com/capitalismo-digital-cuanto-vale-tu-tiempo.

 

[8]En palabras de Jorge Alemán: Desde la perspectiva economicista nos encontramos con el sujeto de interés, En la mecánica de los intereses jamás se pide a un individuo que renuncie a su interés. Hay una mecánica egoísta, sin trascendencia alguna y una mecánica en que la voluntad de uno podría llegar a coincidir de modo espontáneo, casi involuntariamente con la voluntad de otro. En el cálculo interesado que se desprende de la matriz económica que enmarca al sujeto y la relación con otros, nada obliga al sujeto de interés a continuar obedeciendo algún “contrato”. Presentándose así un horizonte ilimitado. Sabemos de los estragos derivados de lo que no tiene o encuentra borde.

 

[9] Estatales- Colegiales