Introducción
El presente artículo propone retomar los tres ejes centrales de esta séptima edición de la Revista Poiética, ellos son: neoliberalismo, construcción de subjetividad, y el posicionamiento ético-político de les profesionales de la psicología. Para ello, retomaré ciertos aportes teóricos de distintos autores para poder pensar las categorías teóricas como así también algunos lineamientos que he desarrollado en mi tesis de grado de la facultad de psicología de la UNLP, en el cual realicé un análisis comparativo de los efectos en la salud mental de las políticas neoliberales del período 2015-2019 en comparación con los efectos en la salud mental del ASPO y el DISPO del período 2020, recortando como objeto de investigación a pequeños comerciantes del gran La Plata. La misma puede consultarse en la biblioteca de la mencionada facultad.
Neoliberalismo y construcción de subjetividad
En primera instancia comenzaremos preguntándonos ¿qué entendemos por neoliberalismo? ¿Cuáles son nuestras subjetividades de época? ¿Cuál es el impacto de dichas políticas en nuestro campo de atención en salud mental? Vayamos por partes. Para responder al primer interrogante nos serviremos de los aportes del filósofo argentino Ricardo Gómez (2014) quien ha realizado un gran recorrido en lo que respecta al estudio del neoliberalismo. El autor lo considera como un sistema político socio-económico, el cual tiene en su base diversos intereses, entre ellos la universalización de la ideología económica del mercado, la expansión del comercio, la internacionalización de los procesos productivos, la lógica meritocrática y el desmantelamiento del Estado-nación. En nuestro país, dicho sistema llegó a imponerse de la mano de la Junta Militar desde los años 1973 hasta 1983, llegándose a aplicar sistemáticamente en la década menemista de los años 90’, finalizando con la bien conocida crisis social, política y financiera del año 2001.
Si concebimos al neoliberalismo desde el psicoanálisis lacaniano, lo ubicamos dentro de la lógica del discurso capitalista ¿Qué subyace a tal lógica? Principalmente un rechazo a la castración, se genera una ilusión entre el sujeto y el objeto de satisfacción en términos de completud individual. Son objetos que generan un plus de goce a partir del cual siempre habrá una satisfacción y una pérdida que llevará a buscar una nueva satisfacción en este sistema sin fin. Su concepción de sujeto es más bien en términos de individuos productores y consumidores, dejando en un segundo plano la dimensión deseante, se lo puede observar en expresiones tales como: ¡Seamos nuestros propios jefes! ¡Si querés, podes lograrlo! ¡Libre mercado!…
¿Qué nos lleva como ciudadanos a elegir democráticamente gobiernos neoliberales? ¿Cuáles son las construcciones de subjetividad cuando la lógica imperante es la neoliberal?
Tal vez son interrogantes que requieren de un profundo desarrollo para poder llegar a formular una respuesta acabada, sin embargo, intentaremos aproximarnos a ellos. Comenzando por definir el término construcción de subjetividad, retomaremos lo planteado por la psicoanalista argentina Silvia Bleichmar, quien en su escrito Entre la producción de subjetividad y la constitución del psiquismo, definía a la misma como
“todos aquellos aspectos que hacen a la construcción social del sujeto, en términos de producción y reproducción ideológica y de articulación con las variables sociales que lo inscriben en un tiempo y espacio particulares desde el punto de vista de la historia política” (pág. 4: 1999).
Probablemente al lector le resonará las significaciones ideológicas que operan en el discurso neoliberal, las cuales se manifiestan en slogans tales como “sí se puede” o la tan escuchada en nuestros tiempos “¡libertad, libertad, libertad!” Dichas significaciones se entraman en nuestra sociedad y van construyendo silenciosamente una reproducción ideológica en los ciudadanos llegando a construir nuevas subjetividades con sus distintos modos de hacer, sentir y pensar.
En la década de los 90’, el psicoanalista Argentino y psicólogo psicosocial Martín Zolkower (2010) ha escrito sobre los sufrimientos actuales de aquél entonces. Sus aportes nos muestran cómo los problemas sociales se encarnan en sujetos individuales, generando de esta forma verdaderos síntomas psicosociales. Sus estudios señalan los efectos psíquicos en términos de malestar producto de la sociedad capitalista actual y de la lógica neoliberal, donde el Estado se corre como función de garante de la protección social, la atención pública y de la salud, determinando un modo de vida individual y un consecuente debilitamiento y pérdida de los vínculos sociales. Promoviendo de esta forma un incremento del sufrimiento psíquico manifestado a través de adicciones, depresión, anorexias, actos violentos, ansiedades, estrés laboral, fobias, etc.
En el año 2015 hemos vivenciado la victoria nacional de la Alianza Cambiemos en las urnas. La misma ha realizado su campaña principalmente con la intención de proponer un cambio, acompañado de aquellas frases armadas que hicimos mención, cabe preguntarnos ¿Cuál es el tipo de cambio propuesto? ¿Qué es lo que se puede? ¿Quién puede? ¿Cuál es la libertad que promueven? ¿Es la libertad del ciudadane a deambular tranquile por la calle? ¿Es la libertad del mercado? ¿Cuáles son las políticas que han sido realizadas a partir del año 2015 de la mano del neoliberalismo? ¿Qué resonancias psíquicas podemos encontrar como emergentes de dichas políticas?
En principio, diremos que sus políticas han dejado una deuda de US$320.000 millones a bonistas, organismos de crédito y agencias del sector público, han llevado a cabo la quita del cepo, dolarizado los impuestos y recortado el gasto público. Finalizaron su mandato con una tasa de desempleo del 10% y un índice de pobreza del 35,4%, lo que equivale a 15,8 millones de argentinos sobre una población de 44,6 millones, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INDEC). A su vez, ocho instituciones ministeriales fueron reducidas a secretarías, entre ellas el Ministerio de Salud. A este tipo de políticas nos referimos cuando hablamos de recorte al gasto público y meritocracia, ¡Que se salve quien pueda!
El tránsito del 2015 al 2019 fue acompañado de continuas protestas sociales, donde el pueblo argentino levantó sus banderas en busca de la defensa y protección de sus derechos humanos, protestas que han sido respondidas gubernamentalmente no con un llamado al diálogo sino con un llamado a las armas y represión. Tal vez el lector recuerde la fotografía a la que hace alusión la pintura de la portada, corría el mes de febrero del año 2019 y en esos momentos se estaba llevando a cabo el “Feriazo” en Plaza Constitución, donde pequeños productores de verduras instalan sus stands para ofrecer su mercadería. Habiéndose instalado, la policía de la ciudad de Buenos Aires desalojó y reprimió a les trabajadores con motivo de que con sus stands ensuciarían la plaza. Bernardino Ávila es un reportero gráfico que se encontraba en el lugar y logró capturar el momento donde una mujer adulta mayor recogía las berenjenas que se habían caído al suelo tras el desalojo, con una muralla de policías armados a sus espaldas. Considero que dicha captura grafica de una manera sintética “los palos” al pueblo argentino en los tiempos de neoliberalismo.
Posicionamiento ético-político de les profesionales en psicología
Ante dichos contextos donde prima la crueldad y la lucha por el sálvese quien pueda, ¿qué lugar para la salud en el marco del poder neoliberal? ¿Qué nos compete como psicólogues profesionales de la salud mental ante dichos contextos? ¿Cómo intervenir?
En cuanto a la salud, debemos partir que es un derecho humano básico para todes, y debe ser concebida desde un enfoque integral, siendo uno de sus principales componentes la calidad de vida, la cual se relaciona intrínsecamente con las condiciones de existencia de las personas y comunidades. La psicóloga argentina Mirta Gavilán (2015) situaba diversos campos que hacen al enfoque integral, ellos son: salud; educativo; laboral-económico y políticas sociales.
El abordaje de la salud integral no ha sido de las mayores prioridades en lo que ha sido el período 2015-2019. Su concepción remite más bien a un concepto mercantil de la salud, pensada en términos de negocio y no de derechos humanos. Esto se expresa en los siguientes accionares: falta de inversión en el ámbito público, recorte presupuestario educativo en todos sus niveles, recorte presupuestario en salud, crecimiento en la tasa de desempleo, promoción de la privatización en salud y educación, reducción de fondos de programas para la mujer, entre otras…
Frente a dicho contexto resulta crucial tomar de las riendas el concepto Rivieriano de psicólogo como agente de cambio social, ya que considero que es en esa posición donde se deposita nuestra ética fundamental, y es desde allí donde podremos dirigir nuestro horizonte, hacia el trabajo con la comunidad, con el semejante, investigar y poner bajo la lupa los sufrimientos actuales, los síntomas psicosociales, indagar acerca de las subjetividades construidas por las políticas neoliberales y por los contextos políticos socio-económicos actuales, abogar por la defensa de la salud pública e integral y por el derecho de todos los ciudadanos al acceso de cada campo que compone nuestra integralidad como sujetos sociales.
Reflexiones finales
Mientras escribía, me preguntaba si podría sonar utópica la metáfora en relación a tomar las riendas como agentes de cambio social en lo que atañe a nuestra profesión, sobre todo cuando de contexto neoliberal se trata, donde los márgenes de acción pueden volverse más rígidos. Sin embargo también pienso que grandes conquistas nos acompañan hasta la fecha, como es la Ley Nacional N° 26.657 de promoción y protección de salud mental, la institución del Colegio de Psicólogos y su servicio de atención a la comunidad, la Universidad Nacional de La Plata y la Facultad de Psicología que abogan por el trabajo en territorio dirigido hacia aquelles que más lo necesitan, el trabajo en el campo de les psicólogues comunitarios, la vuelta al Ministerio de Salud y la creación del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad, en fin…, instituciones que nos dan la posibilidad de generar lo común en los momentos de crisis sociales políticas y económicas, con el único fin de sostener prendida la llama de nuestra ética como profesionales de la salud, en busca de mayores políticas públicas y de la plena aplicación de los Derechos Humanos que acompañen al bienestar individual y colectivo
Referencias bibliográficas
Bleichmar, S (1999) Entre la producción de subjetividad y la constitución del psiquismo.
Gómez, R (2014) Neoliberalismo, fin de la historia y después. Buenos Aires. Editorial Punto de encuentro.
Gavilán, M (2015). Salud mental – Salud integral. En De la Salud Mental a la Salud Integral. (pp.13-14) Buenos Aires. Lugar Editorial.
Lacan, J. (2009) El Reverso del Psicoanálisis. Seminario 17. Buenos Aires: Editorial Paidós.
Villegas, Juliana T. (2021) “La Salud Mental en los contextos de expansión Neoliberal y de COVID-19: Un análisis comparativo de los efectos en la Salud Mental de las políticas neoliberales del período 2015-2019 y de la pandemia bajo las medidas sanitarias del Aislamiento y Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio del período 2020 en pequeños comerciantes del Gran La Plata. Trabajo Integrador Final. Director: Zolkower, Martín. Facultad de Psicología de la UNLP.
Zolkower, M (2010) “Sufrimientos actuales, ciencia y transdisciplina” en Lo singular y lo colectivo. Colegio de psicólogos de la Provincia de Buenos Aires- Distrito XI. Dossier científico- AÑO III- N°3
Referencia imagen de portada:
Mora Petraglia (2019). Pintura acrílico sobre tela 1metro x 1metro. Imagen obtenida mediante su Instagram público @morapetraglia bajo su autoría. https://www.instagram.com/p/CBeca30HGug/