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Psicología Comunitaria y la recuperación de derechos en sujetos en proceso de externación

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  • N° 5
  • Psicología Comunitaria

Lic Fanny Suasnábar. Licenciada y Profesora en Psicología, egresada de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Ha realizado estudios de Post Grado en Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) Maestría en Ciencias Sociales con Mención en Salud. Jefa de Trabajos Prácticos en la cátedra de Estado y Políticas Públicas en Salud en la Tecnicatura Universitaria de Acompañante Terapéutico sede Chivilcoy de la Facultad de Psicología de la UNLP. Docente de Fundamentos de la Psicología General y de intervención sociocomunitaria de la Tecnicatura Superior en Acompañamiento Terapéutico de la Escuela de Gobierno en Salud Floreal Ferrara del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires. Referente disciplinar del área de Acompañamiento Terapéutico del Programa Politécnico dependiente de la Dirección Provincial Escuela de Gobierno en Salud “Floreal Ferrara"

El presente artículo tiene el propósito de re pensar el trabajo comunitario, desde la perspectiva de la Psicología Comunitaria (Montero, M. 2003), tomando categorías colectivas de análisis y acción. Pensando a la psicología desde una perspectiva más integral insertándose en el campo de lo político, lo económico, lo ambiental, lo cultural, etc. y la gestión social para lograr una salud colectiva que posibilite mejorar las condiciones de vida de la población.

La psicología comunitaria refleja en su surgimiento y su  evolución, gran parte de los cambios que se operaron en la teoría y en la práctica de la Salud Pública. Para comprender el concepto de salud pública, es importante pensarla en tanto  responsabilidad colectiva, que busca garantizar  el derecho a la salud como necesidad humana básica, tal como se expresa en el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948).

Si pensamos en salud pública, debemos  decir que es un compromiso del Estado y de la sociedad civil, que requiere de una respuesta institucional organizada, mediante la autoridad sanitaria que debe lograr el compromiso y la participación de la sociedad en general y, en particular, de los agentes sociales más específicos comprometidos en el cumplimiento de las Funciones Esenciales en Salud Pública (FESP Muñoz, 2000)

Desde nuestro enfoque pensamos a la salud desde una perspectiva integral, donde se refuerza la importancia de la calidad de vida de los sujetos ligada a la salud, la justicia y la ética, tomando los aportes de  diferentes disciplinas para lograr un abordaje integrado. Existe un carácter valorativo, contextual e histórico que debe tenerse en cuenta cuando hablamos del proceso de salud- enfermedad, como así también la fidelidad a los valores humanos.

Es por ello que tomando el planteo de Gavilán (2015), la cual plantea la importancia de dejar las categoría de lo “mental” como algo separado del sujeto, ya que es necesario tomarlo como una totalidad con la complejidad que eso supone, donde interviene un conjunto de interacciones de la persona, la familia, el entorno, las diferentes relaciones sociales, comunitarias, el contexto sociocultural y la posibilidad que se cumplan los derechos  esenciales tales como la salud, la educación, el trabajo, vivienda, justicia, la seguridad y las políticas sociales.

Siguiendo a Saforcada (2001) nos parece importante tomar el concepto de salud positiva, la cual apunta a generar procesos de protección y promoción de lo que no está dañado en el campo de lo subjetivo de los sujetos con padecimiento mental.

Es desde esta perspectiva que consideramos el trabajo del psicólogo comunitario como un trabajador del campo  de la salud, posicionado desde una paradigma de salud comunitaria la cual refuerce las acciones de promoción y prevención de la salud, del sujeto y su grupo familiar y comunitario, teniendo en cuenta la complejidad que eso supone, es por ello que la tarea a llevar a cabo debe ser articulada con el resto de los trabajadores del sector salud, como así también con los otros sectores tales como educación, justicia, trabajo y vivienda.

 

LA LEY DE SALUD MENTAL Y EL ENFOQUE DE DERECHOS

La ley Nacional de Salud Mental N°26.657 propone un cambio importante en los criterios de las antiguas prácticas socio-sanitarias que se realizaban  en el siglo XIX y que aún persisten hasta la actualidad, específicamente lo que respecta a la internación. En cuanto a la modalidad de abordaje

el proceso de atención debe realizarse preferentemente fuera del ámbito de internación hospitalaria y en el marco de un abordaje interdisciplinario e intersectorial, basados en los principios de la atención primaria de la salud. Se orienta al reforzamiento, restitución o promoción de los lazos sociales (Ley Nacional de Salud Mental  Cap. V art 9)

La presente ley prohíbe la creación de nuevos manicomios y establece que las internaciones de salud mental deben realizarse en hospitales generales (Cap. VII art 28). El objetivo es asegurar el pleno goce de los derechos humanos y dar oportunidad a los sujetos con padecimiento mental de rechazar la asistencia si así lo desea.

Destacamos lo que expresa la ley en el sentido de velar por la salud mental de toda la población, entendiendo como

un proceso determinado por componentes históricos, socio-económicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona. (art.3)

Tomamos las palabras de Stolkiner (2010), cuando plantea que en materia de derechos humanos, los cambios de las políticas sociales que requieren de transformaciones de los diferentes actores que intervienen, implican muchos desafíos. Es por ello que para lograr que dicho cambio sea  efectivo, son necesarias la formación y capacitación de todos los trabajadores y profesionales del sector salud, educación, justicia para informar y concientizar sobre los nuevos abordajes en salud integral y el derecho de los sujetos con padecimiento mental.

Debemos recuperar  las prácticas que sustenta el modelo de Atención Primaria para la Salud, donde se proponen nuevas prácticas y nuevas formas de abordajes colectivos y solidarios de los procesos de salud- enfermedad-cuidado. La medicina social latinoamericana, establece una articulación profunda con las praxis de los derechos humanos emancipadoras y la participación real de la comunidad en la identificación y resolución de problemas de salud.

 

LOS DISPOSITIVOS DE SALUD MENTAL BASADA EN LA COMUNIDAD

Cuando hablamos de los programas de externación para sujetos con padecimiento mental y discapacidad, pensamos en aquellas acciones que tienen por objetivo implementar estrategias que promuevan la reinserción social, evitar las internaciones prolongadas potenciar la autonomía de los sujetos y promover redes sociales, y fundamentalmente la ampliación de derechos como ejercicio de la ciudadanía.

Uno de los dispositivos que cuenta con una amplia trayectoria en su implementación son los dispositivos residenciales con base en la comunidad, este dispositivo también es más conocido como: “Casa de medio camino”. Estos dispositivos tienen la capacidad de garantizar el derecho de residencia a las personas externadas, con el apoyo y el sostén de los equipos de salud mental (psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, acompañantes terapéuticos) que trabajan para fortalecer las acciones sociocomunitarias y empoderar a los sujetos con padecimiento mental para recuperar plenamente sus derechos. Como ámbito de convivencia, la “Casa” suele promover el lazo social, generar vínculos entre los convivientes y posibilitar espacios para expresar los deseos y necesidades de cada uno de los sujetos.

(Producciones de taller)

Es importante remarcar que los diferentes dispositivos de externación, se llevan a cabo a través de un trabajo interdisciplinario e intersectorial que posibilita una atención del sujeto con padecimiento mental reducir las internaciones o re internaciones en los hospitales monovalentes a partir de la detección precoz de las agudizaciones de las patologías por parte del equipo de salud que acompaña el proceso de rehabilitación. (Rossetto y De Lellis, 2007)

(Producciones de taller)

Si pensamos en los dispositivos de rehabilitación basada en la comunidad, que es una iniciativa que se ha desarrollado en distintos países de Latinoamérica y que se enmarca en la estrategia de Atención Primaria de la Salud, es una propuesta técnico-científica que apunta a la acción concreta en terreno. El dispositivo se propone lograr la ampliación de cobertura en salud, brindar capacitación a los actores clave de la comunidad para la detección precoz de sujetos con discapacidad y padecimiento mental. Facilitar la accesibilidad a los servicios de salud y promover acciones para el autovalimiento de las personas con discapacidad y mejorar la calidad de vida de los sujetos y sus familias. Dichas experiencias se vienen llevando a cabo desde la década del 80 en diferentes provincias argentinas, pero recién se plasmaron como política pública nacional y se legisló a través del decreto del Poder Ejecutivo en la Ley  24.651 que define los objetivos del Consejo General de Discapacidad, el Plan Federal de Salud 2004-2007.

Pensamos que el rol del psicólogo comunitario es un pilar fundamental para fortalecer los dispositivos basados en la comunidad. Estos dispositivos   evidencian la importancia de una construcción de intervenciones interdisciplinarias de un modelo de atención integral, donde el acento esté en  considerar la multidimensionalidad de los determinantes sociales de la salud y la enfermedad (que se expresan en factores biológicos, psicológicos, sociales, culturales e institucionales), los distintos niveles en que es factible observar e intervenir sobre los fenómenos  asociados (los individuos, grupos, instituciones, comunidad, etc.) y las distintas etapas del proceso de atención, desde la promoción de la salud y la prevención en sus tres niveles.

 

BIBLIOGRAFÍA:

DE LELLIS, M Y ROSSETTO, J (2007) Hacia la reformulación de las políticas públicas en salud mental y discapacidad intelectual, en: Psicología y Políticas Públicas de Salud, Editorial Paidós, Tramas Sociales Buenos Aires

MONTERO, M. (2003) “Actividad y resistencia en la comunidad” en: Teoría y práctica de la psicología comunitaria, la tensión entre comunidad y sociedad. Editorial Paidós. Tramas Sociales. Buenos Aires.

MUÑOZ, F LÓPEZ ACUÑA D, HALVERSON, P GUERRA DE MACEDO, C.; WADE, H; LARRIEU, M. UBILLA, S, ZABALLOS, J. y cols. (2000) “Las funciones esenciales de la salud pública: un tema emergente en las reformas del sector salud “, en: Revista Panamericana de la Salud, 8 (12) Washington D.C.: OPS/OMS

GAVILAN, M (2015) Salud Mental- Salud integral, en: “De lo mental a la salud integral, aportes de la Psicología Preventiva”. Editorial Grupal Buenos Aires

SAFORCADA, E y cols. (2001) “Algunos lineamientos básicos sobre la Atención Primaria de la Salud, unidades sanitarias y salud mental”, en: El factor humano en la salud pública, una mirada dirigida hacia la salud colectiva. Editorial Proa XXI Buenos Aires

STOLKINER, A. (2010) “Derechos Humanos y derecho a la Salud en América Latina; la doble faz de una idea potente”, en Medicina Social Volumen 5, 1° de marzo/2010

LEY NACIONAL DE SALUD MENTAL N° 26.657

PLAN FEDERAL DE SALUD 2004/2007

[1] Producción en el marco de un taller de Arte de Usuarios de la Casa de Pre Alta Centro Comunitario de Salud Mental Servicio de Externación del Hospital Dr Alejandro Korn en la ciudad de La Plata

[2] Producción en el marco de un taller de Arte de Usuarios de la Casa de Pre Alta “Centro Comunitario  de Salud Mental” Servicio de Externación del Hospital Dr Alejandro Korn en la ciudad de La Plata