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Procesos de vinculación adoptiva en el marco de la Emergencia Sanitaria (COVID 19). Una experiencia con familias de abrigo.

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  • Nº1
comunidad malu

Autoras: Lic. Bajar Marien - Lic. Prof. Leiva Maria Celeste

En este escrito relataremos una experiencia de vinculación adoptiva en el marco del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), medida excepcional que adopta el gobierno nacional en el contexto de propagación del virus COVID-19.

Como profesionales psicólogas integramos el equipo técnico del Programa “Familias que Abrigan” de la ONG Comunidad Malú de la ciudad de La Plata que se encuentra enmarcado en un convenio con el Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia. En este dispositivo familias voluntarias ofrecen su hogar para alojar temporalmente a niñxs de entre 0 y 4 años que se encuentran con derechos vulnerados, bajo Medida de Abrigo[1] y por lo cual no pueden permanecer en su medio familiar de origen.

Dicho Programa tiene como objetivo evitar los efectos de la institucionalización temprana brindando un ambiente de contención y cuidado psicoafectivo, promoviendo un espacio favorable que prepare al niñx para el momento de egreso (ya sea retornando a su familia de origen o iniciando un nuevo vínculo en familia por adopción), haciendo principal hincapié en la transitoriedad y en el cuidado temporal.

Lxs niñxs permanecen el tiempo que dura la Medida de Abrigo en dos familias, alternando entre ellas los días de la semana. Se busca así que desarrollen una adaptación flexible recepcionando e interiorizando la idea anteriormente mencionada de transitoriedad, con el objetivo de acompañar su proceso particular desde la singularidad que cada dinámica familiar le brinda, a partir de los diversos modos de atención y cuidado.
La interacción que se establece con las Familias de Abrigo es pensada como un espacio reparatorio para el niñx a partir de la construcción de vínculos de referencia saludables. Se promueve de este modo un vínculo de apego en transición el cual resulta propicio para estimular el autoestima y la seguridad en el niñx a largo plazo.

En cuanto al egreso del niñx de la ONG, en el caso de la alternativa de adopción, el juzgado interviniente es quien dicta el estado de adoptabilidad de un/a niñx. Una vez que se establece este acto procesal el juzgado realiza una selección entre aquellas familias inscriptas en el Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos, teniendo en cuenta antigüedad en el listado y buscando principalmente la posibilidad de integración respecto a sus capacidades parentales en relación a ese niñx.

Una vez elegida la familia el juzgado determina si el proceso de vinculación adoptiva estará a cargo del equipo de la ONG. En este caso, dicho equipo es quien determinará la estrategia de intervención y acompañará y supervisará todo el proceso que implique la vinculación.
Es relevante destacar que en el actual contexto de emergencia sanitaria que nos atraviesa, muchas cuestiones relacionadas a la temática de niñez y vulneración de derechos se vieron interrumpidas y/o obstaculizadas. No obstante, el deseo de ahijar y el interés de algunos agentes judiciales por garantizar el derecho del niñx a vivir en familia, en nuestra experiencia no se detuvo. Sin embargo, sí fue necesario establecer un nuevo encuadre e implementar un protocolo de intervención particular.

Para ello se conforma un plan de vinculación que posee diferentes fases. Una vez que nos brindan el contacto de la familia se establece una primera comunicación, generalmente telefónica, donde se lleva a cabo la presentación del equipo y se alojan las primeras inquietudes. Luego se coordinan una o dos entrevistas en formato virtual, en las cuales se realiza la presentación del equipo y del Programa en general. En general las familias llegan a este momento con una carga emocional fuerte por ello se intenta establecer un espacio de escucha que genere confianza y seguridad para lograr poner en palabras sus emociones y aquello que los atraviesa. En estos encuentros se intenta indagar cómo llega esa familia a la adopción, cuáles son sus deseos, miedos y expectativas. Generalmente es un espacio donde afloran muchos sentimientos como la tristeza por duelos atravesados, la alegría por ese momento, la ansiedad por saber más del niñx, la sorpresa por el llamado del juez y la “elección”, entre otros.
Resulta importante destacar que durante todo el Abrigo del niñx se aborda con las familias que se encuentran a su cuidado la transitoriedad del vínculo y particularmente el momento de despedida, con el objetivo principal de elaborar el desapego y el pasaje del niñx a la familia adoptiva. En este momento particular se ponen en juego temores, ansiedades y expectativas propias del momento de duelo que implica dicha separación. Momento entonces de contener, alojar y dar lugar a la elaboración de todo lo que conlleva el desapego.

Tal como dice Otero “durante el transcurso del cuidado alternativo, se torna sumamente beneficioso que pueda vivenciar experiencias de fortalecimiento de su propia capacidad de flexibilización, apego-desapego, dependencia-independencia y apertura de nuevo vínculos.” (2018, p. 46).

Es notable cómo todo ello contribuye a la estabilidad emocional del niñx y lo ha habilita a transitar el inicio del proceso de vinculación con su familia por adopción de la manera esperada y con la tranquilidad necesaria para hacer de dicha etapa un momento de construcción vincular.
Concluidas las primeras entrevistas y de acuerdo a lo observado y escuchado por el equipo técnico se da lugar al primer encuentro con el/la niñx. En el marco de la emergencia sanitaria las vinculaciones adoptivas que se realizan con protocolo especial son llevadas a cabo en la sede de la ONG para disminuir al mínimo la circulación de las personas que intervienen en dicho encuentro. Se acuerda previamente el acompañamiento de un referente de cada familia de Abrigo, las psicólogas del equipo y la familia adoptiva.

Respecto a este primer encuentro resulta importante destacar que se trata de un encuentro entre personas desconocidas, entre dos historias diferentes, por lo tanto no se trata de un encuentro sencillo. En ese sentido es de suma importancia que los adultos sean quienes se adapten en principio a las necesidades del niñx para dar inicio a una dinámica que empieza a construirse de a poco. Estas dos historias que se encuentran gradualmente deben ir sintetizándose en algo nuevo, en este caso en una nueva familia que se orienta hacia un nuevo “nosotros”.

Es de este modo que se llevan a cabo algunos encuentros en la sede con la supervisión de un integrante del equipo técnico y el acompañamiento del referente de las familias de Abrigo, para luego dar lugar a los encuentros en la casa de la familia adoptiva. Estos últimos se establecen buscando la continuidad y permanencia una vez iniciados, para dar lugar a la promoción de un apego gradual hacia los nuevos adultos al mismo tiempo que un desapego hacia los referentes actuales quienes hasta el momento ejercieron el rol de cuidado y contención. Para ello, los mismos están supeditados a la evaluación del comportamiento del niñx priorizando la continuidad de sus hábitos y rutinas, generando así la estabilidad necesaria para transitar dicho proceso de manera saludable y tranquila. Para ello el rol de las familias de Abrigo es de vital importancia en esta transición, brindando un sostén afectivo, otorgando confianza y seguridad al niñx y realizando el pasaje activo en el rol de cuidadores.

Es importante destacar que este ambiente de intercambio entre sus referentes afectivos comienza a promover en el niñx la posibilidad de conocer a los adultos en un ambiente calmo, potenciando la seguridad y la confianza en los nuevos adultos que poco a poco comienzan a ejercer un rol de fundamental importancia para ellxs. Los encuentros en general se dan con naturalidad, en un intercambio gradual que le va permitiendo al niñx percibir y registrar el cambio y la transformación de los roles de los adultos de manera progresiva. A su vez, los referentes familiares poco a poco empiezan a manifestar la confianza para atender y cuidar al niñx, compartiendo el cuidado con los referentes actuales a quienes les consultan explícitamente sus dudas y quienes ofician de sostén acompañándolos para brindar continuidad en la rutina del niñx. De este modo los adultos empiezan a habilitarse en su función con el paso de los días, conociéndolx cada vez más y de este modo fortaleciéndose en el rol también con confianza y seguridad. En cuanto al niñx, con el transcurso de los días comienza a apropiarse de sus nuevos espacios, a habitarlos y desenvolverse con confianza y naturalidad. Se va desarrollando un sentimiento de pertenencia con estos espacios, lugares, objetos y personas que comienzan a conformar así su nueva dinámica familiar. Es decir que de algún modo y en un tiempo muchas veces incierto, lo ajeno y extraño se va transformando para llegar a ser lo conocido y propio.

El vínculo entre esa familia y el/la niñx tendrá avances y retrocesos a partir de los cuales se irá modificando y transformando, ya que empiezan a ponerse en juego vivencias pasadas y presentes, sentimientos y actitudes que influyen en la conformación del mismo.

Para este equipo resulta de fundamental importancia promover las condiciones adecuadas para dar lugar a un acompañamiento y escucha activa durante el primer tiempo, evaluando en función de cada circunstancia y cada situación particular, ya que se trata de una nueva dinámica que se va construyendo en esa configuración familiar.

Algunas conclusiones

El relato de esta experiencia nos propone un desafío y una interpelación de nuestra práctica. Implica un desafío porque tenemos que pensar en un presente y un futuro incierto, ya que nos encontramos con un contexto novedoso y excepcional. Por otro lado, interpela nuestra práctica ya que debemos repensar tanto el encuadre como las herramientas de intervención principales.

Es así que desde el dispositivo no podíamos pensar en un encuentro entre esx niñx y esa familia que no implique la presencialidad, condición fundamental para lograr una vinculación exitosa.

En el inicio de un vínculo, para que éste comience a consolidarse, debe llevarse a cabo una construcción donde el conocerse, mirarse, tocarse, sentirse (entre otras) es fundamental para que el mismo se produzca. Estamos hablando de un vínculo tan especial como complejo, que es el que conlleva el proceso de ahijar y de “sentir que el otro empieza a ser parte mía, que la vida no existe sin el otro” (2018 Valdés) en el cual a partir de la incertidumbre que implica el primer encuentro (el encuentro entre esas dos historias extrañas) y el proceso vincular que empieza a instalarse, esx niñx empieza a ubicarse en el lugar de hijx.

Referencias bibliográficas

  • Otero Federica (2018). Los procesos de adopciones de niños, niñas y adolescentes. Desafíos para una adecuada integración familiar adoptiva. Noveduc.
  • Herrera Marisa (2015). El decálogo de la adopción a la luz de la reforma del Código Civil, disponible en http://www.colectivoderechofamilia.com/wp-content/uploads/2015/05/MH.-El-dec%C3%A1logo-de-la-adopci%C3%B3n.pdf
  • Rubio Laura, Escuela de Adopción. (30 de septiembre de 2018). Integración adoptiva como proceso. Una construcción incierta – Lic. Gonzalo Valdés (Parte I). (Archivo de video) https://youtu.be/gshVb3W4Xro
  • Otero, Maria Federica, La Guarda con fines de adopción desde una mirada psicosocial, Revista Interdisciplinaria de Derecho de Familia, nro. 83, Abeledo Perrot, Buenos Aires.

[1] La medida de abrigo es una medida de protección excepcional de derechos, que tiene como objeto brindar al niño, niña o adolescente un ámbito alternativo al grupo de convivencia cuando en éste se encuentren amenazados o vulnerados sus derechos, hasta tanto se evalúe la implementación de otras medidas tendientes a preservarlos o restituirlos. (Art. 35 bis Ley 13298).