Select Page

Niñxs y Adolescentes: Escucha y Derechos. Sosteniendo su Voz

  • Artículos
  • Ejercicio Profesional
  • N° 4
  • Salud Mental

Lic. en Psicología Silvia Russo. (Recibida en 1996, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Carrera de Psicología. UNLP) -Doctoranda, docente e investigadora de la Facultad de Psicología (UNLP). -Psicóloga-psicoanalista dedicada a la atención clínica con niñxs, adolescentes y adultxs. - Supervisora clínica

  • Desvelos y ocupación sobre el sentir infanto-juvenil: co-pensarnxs desde el espacio vital subjetivante

Continúo algunas ideas esbozadas (Russo, 2021) –reanimando este encuentro dialogal brindado por la Revista Poiética- y causada en base a un deseo de  apostar a un hacer con otrxs, en aras de incluir en la concepción de salud mental un valor concreto y tangible diario.

Invito entonces, a co-pensarnos con relación al sostén de una ética de cuidado y regulación, con respecto a posibilidades potenciales de salud mental y abordando  la teoría winnicottiana como marco fecundo de trabajo.

El objetivo de este intercambio con el/la lector/a, es recuperar a partir de la perspectiva de derechos una escucha sensible (Lustgarten de Canteros, 2019) no sólo en la práctica, sino aplicada a la vida. Esta relevante cuestión, postula una acción subjetivante desde donde poder realizar el ejercicio de escuchar sin retornar a los aspectos que pudieran resultar traumatizantes y replicaran efectos de severas fallas, derrumbamiento y deprivación (Winnicott, 2003) en nuestrxs pacientes. Así mismo, se impregna éticamente, en función de una apreciación para la regulación y cuidado –como se enunció- para el logro de un desarrollo emocional saludable, aplicado a  todxs lxs  niñxs y adolescentes.

Mi propuesta se continúa al interrogarnos sobre la crianza y en este sentido, nuestro lugar como adultxs. Pesquisaremos cuestiones del Estar (y sentir-se) Vivx, en el mundo actual, teniendo en cuenta la sobre-adaptación como un dilema a los fines de constitución subjetiva y en tanto lo que comprendemos por salud mental. Situar espacios de discusión teórico-clínica en los que poder ajustar y aunar criterios conceptuales acerca de recrear el espacio intermedio transicional como recorrido y construcción subjetiva (Winnicott, 1996), contendrá acciones tendientes al encuentro con este novedoso retorno al mundo, a partir de lo que se reconoce al escuchar la expresión popular: “nueva normalidad”.

 

  • La voz de algunxs niñxs y adolescentes:

Siguiendo basamentos de la teoría del juego (Winnicott, 1996) para los fines propuestos, revalorizaremos las siguientes ideas de relevancia operativa: creatividad (vitalidad-libertad-relajamiento) articulada a la concepción de agresividad. Las mismas, enraízan la partida del impulso agresivo hacia el creador, que se constituirá en tanto espacialidad psíquica y logro emocional.

Algunas cuestiones clínicas en la casuística y manifestaciones actuales, nos ayudarán para acompañar el pensamiento de estas cuestiones. Transmito en lo inmediato, la escucha de sensaciones, temores, opiniones acerca de la vuelta escolar y las innovaciones en los protocolos para la presencialidad:

  • “No sé si voy a poder abrazar mucho… ¿Vos, sabés? El barbijo no me gusta. Pero me porto bien… No me lo saco. Mi mamá me mata”- L. de cinco años.
  • “Me duele la panza, la seño es buena pero grita mucho y no entiende que es todo nuevo lo del aula… Yo nunca fui al primer grado… Es mucho”- M. de seis años y medio.
  • “Estoy nervioso, quiero ir a la escuela, pero mis papás se pelean mucho porque tenemos que salir todo el día, otra vez. No quiero irme de noche y a veces también, volver así, tardísimo.”- J. de siete años.
  • “¡¡Uff, re desastre, ésto!! Me tienen harta. Necesito tiempo. Nadie me entiende. Todo es muy rápido… Están todos locos.”- C. de 12 años.
  • “Me re va, (arre), lo de ir… son pocas horas, mis amigos con doble escolaridad no quieren… Yo me pongo mal si me agotan con tareas… Pero hay profesores que te escuchan, que también te das cuenta, que están para atrás. Otros están re malllll. Abren las ventanas… Re nerviosos. Jajajaj.”- L. de 13 años.
  • “Lo que pasa es que me gustaba estar una semana más tranquila, ahora hay que ir y estar todos los días… Es demasiado. Total, a mis amigos, los veo igual… Mis papás no entienden, por ahora.”- K. de 15 años.

 

Es preciso habilitar la función maternante del psicoanalista frente al desamparo, reorganizando desde un quehacer genuino una voz que también inste y propicie una  factible verdad deseante en la palabra y el sentir, escuchados. Es decir, que propicie insuflar una versión simbólica erotizante para lograr una defensa organizante -y como consecuencia: revitalizante-. A partir de un ambiente facilitador (Winnicott, 2015) que realmente apuntale a constituir lo transicional en este espacio intermedio de experiencia, que –como anticipará Winnicott- se corresponderá con la salud  universal.

Señalamos entonces, que para la conformación del campo de esta salud, la zona del juego, será inherente y metáfora del trabajo psíquico del individuo (Winnicott, 1996). ¿Pueden jugar nuestrxs niñxs y adolescentes? ¿Les habilitamos zona de juego y salud, desde nuestra función y funcionalidad adulta? ¿Lxs cuidamos suficientemente de vértigos, ansiedades y angustias? ¿Valoramos su sentir y decir con oportunidad de ser?

A veces, habilitamos la eficiencia subjetiva como marca de producción individual, en función de una respuesta obediente y sin reclamo. He observado la mayoría de lxs niñxs, adolescentes y padres (adultxs) que conozco, con un mes de setiembre muy difícil. La lógica cuasi marzo y aparente comienzo de año, provoca una impronta que puede producir cierto malestar. Se  dieron algunas situaciones cuyo efecto requiere de lugar para ser escuchado. Recuperar espacios de pertenencia, no debería negar un mundo que por más empuje deseante que suscite, no puede hacer como si nada hubiera pasado.

Es urgente repensar juntxs el efecto post pandemia y la consecuencia de sobre-adaptación que podemos inducir, con objeto de organizar un sostén. La mirada reprobatoria al sentir y pensar –interpretada desde el psiquismo del adultx azuzado por la cultura y la regla-  infiere lugares de respuesta donde no se recibe la voz ni la escucha deseante del niñx y adolescente. Es más, se reflecta. Tampoco nos da permiso a lxs “grandes”, a moderar el sufrimiento para ellxs ni a escuchar el nuestro. A mi criterio, no hay niñxs y adolescentes difíciles, sino adultxs con una deriva de presencia-ausencia que a menudo procede deficitariamente. Lo que, equívocamente se tramita como cuidado de crianza -con más ideales y cláusulas expectantes, que verdad subjetiva-. Hay en ocasiones, efectos deprivados y fallas severas en el cuidado, que restringen la potencialidad de salud psíquica. Y en muchos sentidos, proyecciones con demasiado deber ser, sin una salida óptima hacia constructos que propicien y den un soporte sano.

¿Cómo homenajear a la salud mental y apuntalarla en nuestro ejercicio profesional, y en este escrito? Alzando la voz infanto-juvenil, su sonoridad saludable y sus aspectos a considerar desde una asimetría protectora (Bleichmar, 2005) que permita como medio ambiente facilitador (Winnicott, 2015) regular y tramitar las posibilidades de espacialidad subjetiva con un tránsito asimilador, al alcance de un alojamiento de nuestra mismidad y entramado, que produzca calma psíquica. Ofrecer una protección constituyente, sería la oportuna forma de ponernos a salvo de nuestra propia vulneración de sus derechos.

 

  • Winnicott: agresividad y creatividad para ser y estar en el mundo

La agresividad constitutiva como marco creativo del individuo para ser, requiere de un impulso cuya energía se inicia desde el otrx como tal. Esta fuerza vital, dirá Winnicott, es el movimiento para conocer y experimentar el mundo. Nuestra interioridad y exterioridad, se acontecerán en este vaivén de lo agresivo en su dirección creadora.

Los  efectos de violencia -esperables cuando no hay espacio psíquico constituido desde un medio ambiente que facilite este desarrollo emocional- se registrarán con nuestro hacer y deshacer, en la cultura y sociedad.  Como modo singular, la estrategia en cada individuo (Winnicott, 2003) se presentará creativamente. Desde diversos modos emocionales que indicarán posibles manifestaciones para escuchar. Lo anterior explicitado desprende que toda manifestación conductual de rabia, angustia, ansiedad u otros afectos, no debería etiquetarse desde el déficit o como diagnóstico de enfermedad. Con mayor o menor participación simbólica, las inquietudes y preguntas que encauso con este escrito, resurgen bajo la consigna de un encuentro con la concepción de salud y el derecho a expresar, sentir y asimilar. Los desbordes o excedentes cuyo malestar –paradojalmente- se enuncian como respuesta al imperativo del sistema y mandatos sociales, se asumirán interpretados en forma de producción subjetiva saludable.

Amparar el gesto espontáneo en la construcción transicional necesaria entre el individuo y el mundo en el que vivimos (Winnicott, 1990), será la meta de cuidado para escuchar el sufrimiento y validar razones del ser. El horizonte psíquico,  al  afianzar un genuino gesto creador, implicará un proceso necesario al apreciar aquello que sin ser síntoma o enfermedad, se escuche en funcionalidad con la expresión de lo vivo, libertario y con mensaje revitalizante.

Al advertir este margen de escucha, nos remitiremos a educar y seguir reglas,  pero estipulando un campo de la salud mental que no signifique lo que no funciona en obediencia o acata en sentir disruptivo de tendencias antisociales (Winnicott, 2003). Lo que resuena como costo psíquico y sufrimiento, evidenciado en sus distintas voces y presentaciones, es una palabra cuya construcción tiene base en la salud de asimilar y tramitar procesos. Con queridxs colegas venimos conversando e investigando cuestiones de la vida anímica, la educación, el quehacer clínico, estableciendo la decisión de nuestro ejercicio profesional con una innovadora revisión. La práctica profesional sostenida en apoyo y cuidado de una terapéutica y concepción inherente a la subjetividad misma y a la conflictiva de lo genuino y vital, que significa al propio acto psíquico en su devenir. Establecemos en este devenir, una transicionalidad  que incluya al niñx y adolescente con nuestro acompañar, como condición también de un impulso creador en nuestra praxis, desde un posicionamiento ético adulto (Frison; Russo, 2020).

Entonces, una intervención clínica –y para la crianza- deberá emplazarse en albores constructores de salud, lo cual alienta un eje cuya luminosidad práctica de intervención se erija como condición eficiente de sanidad. Permitir cansancios, duelos, agotamiento mental y físico, estados de tensión y ansiedad, angustias… Expresión de temores, cambios, trastornos del dormir… Ser escuchadxs respetuosamente, como un proceso vivo y pretendiente de vitalidad y libertad de lo subjetivo, en su procesamiento psíquico.

Lxs niñxs y adolescentes, nos hacen escuchar la salud con su sana vivencia y  transmisión. La paradoja de un cuidar que nos identifica a lo que se debe -y no a lo que sentimos y necesitamos– mantiene hábilmente,  la obligación y un apremio de rendir y cumplir con el sistema. A veces, asusta al adultx, que preocupado, idealiza una alternativa sujeta a objetalizarnos. Por supuesto: hay que ir al colegio (y al trabajo), hay que seguir ejerciendo cuidados proclives a un retorno tendiente a estrategias para no enfermar de Coronavirus -ni de otras formas- . No obstante, proponemos dar espacio a superar al apuro ansiógeno y vértigo de recomposición, en pos de entender que hacemos –saludablemente- lo que podemos y desde allí, nos construimos genuina y singularmente, en lo que somos.

Una de mis frases predilectas de Winnicott, lo dice metapsicológicamente claro, la recreo como parte de escucha acompañante de un sentir vivo: “Sentirse real es más que existir; es encontrar una forma de existir como uno mismo, y de relacionarse con los objetos como uno mismo, y de tener una persona dentro de la cual poder retirarse para el relajamiento” (1996, p.154). Desde este ejercicio creador para el logro de un relajamiento y por ende, de nuestro acontecer vital como sesgo saludable, sugerimos una conclusión con voz transicional.

 

  • Abismarnos al tránsito de nuestras realidades: crear y ser en transicionalidad

Esta pandemia nos interpeló (y aún lo hará) en tanto mundo posible e imposible. Profundos cambios cotidianos y a largo plazo, transformación en los modos de enlazar y conectar, pueden haber mejorado nuestra calidad vital, en contradicción con lo que seguimos escuchando desde el vértigo preponderante a una vuelta mixta (semi presencial/virtual) y la exigencia  de una una debida productividad. Estamos supeditadxs a la incoherencia de un hacer, subsumidxs a la reglas de un sistema sordo en su esencia. Sabemos, quienes somos profesionales de la psicología, que en tanto vivencia de lo emocional, este plus ofrece malestar y no salud. Lo que hay que interpelar es la sujeción, como obediencia que constata la presión del deber ser en contraposición del lugar para ser con salud psíquica.

En este sentido, esta intervención escrita suscita la escucha en pos de validar la voz del niñx y adolescente, reales. No adviene de posiciones ingenuas ni sugerencias livianas en tanto la perspectiva de libertad, no aggiorna lo desregulado. Propicia la lógica de crianza y voz adulta con juego y placer, en correlación de los aspectos detallados como política y ética de cuidado, sosteniendo firmemente en nuestra práctica profesional y acompañamiento personal, esta modalidad como elección saludable.

La salud mental se suscita instalando y estipulando un campo para la creatividad, la permeabilidad, la plasticidad  y la interpelación subjetiva vital. Se construye en la dinámica relacional con el otro, y con un mundo pasible de darnos lugar. Habrá que ser cuidadosxs de invadir, alienar y forzar el arreglo que cada subjetividad cree. Será relevante para el contraste con la alienación, amparar nuevas realidades en conformación de un espacio- tiempo de lo psíquico que nos implique como individuos creadorxs.

La espacialidad con placer de ser, recrear y nuestra autenticidad, detentará una energía psíquica pasible para simbolizar los aspectos disruptivos y acontecimientos a asimilar. Será un proceso de re-trama, el poder realizar renuncias necesarias y  nuevos arreglos afines.

Piera Aulagnier (1980) presta una metáfora para nuestra praxis. Esta psicoanalista muy comprometida con su clínica y época, propondrá al analista como un/a trabajador/a que se arremangaría, para así rescatar del atascamiento generado en el recorrido de la vida y ofrecer una posición de sostenimiento, como el mismo Winnicott (1996) propuso. Nuestra palabra retorna en la escucha cuidadosa y sensibilizada, al acompasar el procesamiento de un mundo actualizado que ameritará un trabajo psíquico como jugada singular subjetiva. Escuchamos: “Volveremos a la “normalidad”, una nueva normalidad”… Insisten algunas preguntas: ¿Qué es y cómo es esta “nueva normalidad”? ¿Es un campo fecundo a la salud mental? ¿Es para todxs igual? ¿Qué aprendimos y “escuchamos” de la consistente transformación enmarcada en una pandemia, aún presente? ¿Qué elecciones somos capaces de escuchar como adultxs responsables de enmarcar en nuestras acciones la brújula de la salud mental?

Experimentamos. Escuchamos. Nos sostenemos y vinculamos, en red y desde el otrx, damos lugar al individuo vivx que creamos y recreamos. Psicólogxs, arremangadxs para una praxis cuyo don creativo y pulsación simbólica, continúe proveyendo de espacios con escucha y derecho a la salud mental,  habida cuenta de un interjuego que nos proyecte en una re-inventiva vivificante del ser.

Referencias:

Aulagnier, P. (1980) El sentido perdido. Trieb.

Bleichmar, S. (2005) La subjetividad en riesgo. Topía.

Frison, R.; Russo, S. (2020) “Constituyendo transicionalidad y devenir: virtualización del espacio educativo, interrogantes y estrategias desde un pensamiento creador” Revista Iberoamericana de Tecnología en Educación y Educación en Tecnología, no. 28, pp. 352-358, 2021, Universidad Nacional de La Plata, La Plata. Disponible online en https://teyet-revista.info.unlp.edu.ar/TEyET/article/view/1496

Lustgarten de Canteros, N. (2020) El cuerpo en la experiencia psicoanalítica. Entre Freud, Lacan y Winnicott. Colección Juegos analíticos. Pólvora Editorial.

Russo, S. (2021) ¿Pensaron alguna vez que si no fuera por todos, nadie sería nada? En Revista Poiética N° 3 “Infancias y adolescencias en clave de salud mental y Derechos Humanos”. Agosto de 2021. Disponible online en https://revistapoietica.com.ar/pensaron-alguna-vez-que-si-no-fuera-por-todos-nadie-seria-nada/

Winnicott, D. El gesto espontáneo. (1990). Paidós.

Winnicott, D. Realidad y juego. (1971/1996). (F.Mazía, trad.). Gedisa.

Winnicott, D. Deprivación y delincuencia. (2003). Paidós.

Winnicott, D. Los procesos de maduración y el ambiente facilitador (1965/2015). (J. Piatigorsky, trad.). Paidós.