Después de la firma de los acuerdos de paz en mi país (septiembre del 2016), para muchas personas, la pesadilla había terminado. Pero lo cierto es que todo lo que ha sucedido en el contexto del conflicto armado colombiano deja una serie de heridas que solo el tiempo y la implementación de programas sociales específicos pueden aportar a la sanación colectiva e individual de tanto sufrimiento. Muchas son las poblaciones afectadas en el marco de esta guerra; sin embargo, hago especial énfasis en la niñez, quienes resultan víctimas directas e indirectas en todos los procesos que involucran reclutamiento forzado por las fuerzas armadas colombianas, siendo muchos de ellxs privadxs de libertad desde muy temprana edad.
Hay estudios que comprueban que la niñez involucrada en conflictos armados tiende a encontrarse inmersa en ciclos de violencias. Por lo general, son reclutadxs ilegalmente, ya sea mediante engaño y persuasión o con el uso de la fuerza. Luego estas criaturas pasan a cometer delitos dentro de los grupos a los que pertenecen y si son mayores de 14 años podrían incluso acudir a juicio por las autoridades gubernamentales, enfrentándose una vez más a la privación de sus libertades.
En el caso colombiano, según el informe “Una Guerra sin edad” del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), alrededor de 16.879 menores de edad fueron reclutadxs por grupos armados ilegales entre 1960 y 2016. Más de la mitad de esa cifra fue reclutada por las “Farc” y la concentración geográfica tiende a ser en las zonas rurales más que en la ciudad. Por lo general, la mayoría eran mayores de 14 años, aunque se conocen casos de menores.
A pesar de que estxs niñxs fueron reintegrados a sus familias, muchxs de ellxs se quedaron con afectaciones emocionales que hoy interfieren en su proceso de reintegración a la sociedad, porque hay miedo a ser señaladxs en caso de que se conozca su pasado. Es importante conocer algunas violaciones específicas de los derechos de la niñez en este contexto, además de encontrarse la variante de género que resulta bastante alarmante. Aproximadamente el 30% de la cifra total de reclutadxs corresponde a mujeres, quienes a su vez fueron víctimas de explotación sexual durante el tiempo que permanecieron en cautiverio.
Muchas de estas niñas fueron reclutadas a la fuerza y alejadas de sus acudientes y familiares, lo que llevó a una violación masiva de sus derechos. Otro es el caso de los varones que son engañados a través de mensajes falsos de ayuda, sobre todo económicos, por lo que muchos jóvenes aceptaron unirse a estos grupos, motivados por la idea de ayudar con algo de dinero a sus familias, lo cual no era más que un engaño para engancharlos.
Un ejemplo de ello, que sigue resonando hoy día, es lo ocurrido el 29 de agosto del 2019 en San Vicente del Caguán-Colombia. Un bombardeo militar contra una guerrilla. La noticia se hizo pública a finales de ese año, después de que un senador denunciara al Ministro de Defensa por ocultar la muerte de siete niñxs a causa del ataque militar. Contrariamente a esto, el ataque fue considerado una operación exitosa ya que el objetivo era ejecutar un alto mando de la guerrilla. Sin embargo, el atentado no solo dejó la muerte de estxs siete menores de edad, sino que, tras la denuncia del senador, las investigaciones mostraron que había más niñxs en ese campamento y al parecer todxs fueron reclutados por la banda guerrillera. Pero debido al objetivo militar, no se respetó la vida de nadie que estuviera en esa zona, por lo que las peticiones de lxs niñxs, suplicando por sus vidas, no fueron suficientes y terminaron siendo asesinadxs el mismo día.
Esta es la realidad actual de mi país, a cerca de cinco años de la firma de los acuerdos de paz, la guerra no cesa. Además, los enfrentamientos militares no respetan las normas del derecho internacional humanitario, lxs niñxs no sólo son reclutadxs a la fuerza, sino que pasan su vida lejos de sus familias y también tienen miedo de morir sin recibir noticias de sus acudientes. Mientras el gobierno oculte este tipo de atrocidades, está en manos de quienes estudiamos los derechos humanos aportar desde nuestros quehaceres, para buscar una solución encaminada a terminar con este problema progresivamente.
Referencias
Centro Nacional de Memoria Histórica (2017), Una guerra sin edad. Informe nacional de reclutamiento y utilización de niños, niñas y adolescentes en el conflicto armado colombiano, CNMH, Bogotá. http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/informes2018/una_guerra-sin-edad.pdf
Semana (2019). “Lo que ocurrió en San Vicente del Caguán fue una masacre de niños”: personero. Revista Semana. Recuperado de https://www.semana.com/nacion/articulo/lo-que-ocurrio-en-san-vicente-del-caguan-fue-una-masacre-de-ninos-personero/639210/