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La entrevista como herramienta en los inicios del acompañamiento terapéutico

  • Artículos
  • N° 5
  • Psicología Comunitaria

A.T: Cámara, Cecilia Araceli. Fue estudiante Adscripta de la catedra de “Fundamentos de la Educación” en la Facultad de Humanidades de la UNLP. Fue Colaboradora alumna en el seminario Salud Mental, DDHH y adicciones en la Facultad de Psicología de La UNLP. Trabajo en el Centro de día Los tilos coordinando grupos de personas con discapacidad. Trabajo en el Servicio de Salud Mental del Hospital de Niños de La Plata “Sor María Ludovica”. Trabajo Coordinando grupos de Adultos mayores con deterioro Cognitivo. Coordino equipos de Acompañantes Terapéuticos. Trabaja en el Hospital Dr. Alejandro Korn de Melchor Romero. Trabaja en extensión de la Facultad de Psicología de la UNLP en Coordinación de Grupo Barrial de personas con O.D.H y niños. Escribió Varios artículos en congresos y revistas./////// arceca1980@gmail.com /////// cel 221 560- 08 60

En este artículo se analiza la entrevista como un instrumento de trabajo pensado desde y para el acompañamiento terapéutico. Tomando aportes de autores de disciplinas como la psicología, se resalta lo valioso de esta herramienta para la obtención de información y posible intervención clínica en lo cotidiano. Partiendo de la concreta necesidad desde el ámbito del Acompañamiento Terapéutico de re-pensar y revisar conceptos ya existentes en el  campo  de la salud mental. Se piensa a la entrevista  Semi- estructurada o semi-dirigida  en domicilio  como paso previo al encuadre del acompañamiento terapéutico. Proponiendo cinco áreas a explorar: La historia Vincular y los vínculos actuales, las actividades de la vida diaria, los momentos de ocio, derechos, obligaciones y responsabilidades.

 

En la actualidad se cuenta con numerosos conocimientos proporcionados por disciplinas como la psicología que pueden ayudar a intervenir de un modo más adecuado en esa compleja cotidianeidad en la que es convocado el acompañante terapéutico. Poder indagar sobre cómo es ese mundo intersubjetivo en el que se va a trabajar a través de una entrevista a Familiares, curadores, tutores o cualquier referente de la persona a acompañar, es un recurso que debe ser utilizado. Para ello es necesario poder pensar esos instrumentos con los que cuentan algunas disciplinas desde y para el acompañamiento terapéutico. La entrevista es una herramienta tan importante para el acompañamiento terapéutico como lo es para trabajo social, la psicología comunitaria y otras disciplinas del campo de la Salud mental.

La  entrevista es pensada por diversos autores como un instrumento  de trabajo  eficaz debido a que de ella se puede obtener  información bastante  completa y profunda, presentando la posibilidad de aclarar dudas durante el proceso, asegurando respuestas amplias que pueden aportar datos más allá de lo interrogado.

La clasificación más usual de las entrevistas de acuerdo a su planeación corresponde a tres tipos: Estructuradas o cuestionario, Semi-estructurada o semi-dirigida y no-estructuradas o abiertas.

En las primeras, las preguntas están fijadas de antemano, poseen un orden y contienen un conjunto de categorías. Se aplica de manera rígida a todos los sujetos. Tiene la ventaja de la sistematización, lo que facilita la clasificación y análisis, una alta objetividad y confiabilidad. Su desventaja es la falta de flexibilidad que conlleva la falta de adaptación al sujeto entrevistado y menor profundidad en el análisis.

Las segundas, presentan un grado mayor de flexibilidad que las anteriores, debido a que parten de preguntas planeadas, que pueden ajustarse a los entrevistados. Su ventaja es la posibilidad de adaptarse a los sujetos con enormes posibilidades para motivar al interlocutor, aclarar términos, identificar ambigüedades y reducir formalismos.

Las terceras son más informales, más flexibles y se planean de manera tal, que pueden adaptarse a los sujetos y a las condiciones. Los sujetos tienen la libertad de ir más allá de las preguntas y pueden desviarse del plan original. Su desventaja es que puede presentar lagunas de la información necesaria en la exploración.

Se considera que las entrevistas semi-estructuradas son las que ofrecen un grado de flexibilidad aceptable, a la vez que mantienen la suficiente uniformidad para alcanzar interpretaciones más acordes con los propósitos. Este tipo de entrevista es la que ha despertado mayor interés ya que

…se asocia con la expectativa de que es más probable que los sujetos entrevistados expresen sus puntos de vista (…) de manera relativamente abierta, que en una entrevista estructurada o cuestionario.

Miguel Martínez realiza ciertas recomendaciones para llevar a cabo este tipo de entrevistas:

  • Contar con una guía, con preguntas agrupadas por temas o categorías con base en los objetivos del estudio.
  • Proponer un espacio libre de interrupciones a fin de evitar que se entorpezca el desarrollo de la entrevista.
  • Tomar los datos personales que se consideren apropiados para los fines de la investigación.
  • La actitud general del entrevistador debe ser receptiva y sensible, no mostrar desaprobación en los testimonios.
  • Seguir la guía de preguntas de manera que el entrevistado hable de manera libre y espontánea, si es necesario se modifica el orden y contenido de las preguntas acorde al proceso de la entrevista.
  • No interrumpir el curso del pensamiento del entrevistado y dar libertad de tratar otros temas. Con prudencia y sin presión invitar al entrevistado a explicar, profundizar o aclarar aspectos relevantes

En la entrevista semi-estructurada, durante la propia situación de entrevista el entrevistador requiere tomar decisiones que implican alto grado de sensibilidad hacia el curso de la entrevista y al entrevistado, con una buena visión de lo que se ha dicho. Por ejemplo, ante una pregunta que ya se haya respondido,  se tendrá que decidir si se realiza de nuevo para obtener mayor profundidad o dejarla fuera. Otro reto es el manejo de un tiempo limitado y el interés por hacer todas las preguntas de la guía. Asimismo, el entrevistador debe estar alerta de su comportamiento no verbal y sus reacciones ante las respuestas, para no intimidar o propiciar restricciones en los testimonios del entrevistado.

Saforcada sostiene que la entrevista amplía la función de quien la lleva a cabo, pudiendo trabajar en “una perspectiva de potencializacion de aspectos saludables”, haciendo alusión al desempeño del trabajador social o del psicólogo comunitario, argumentando que se trata de un instrumento que no necesariamente va a limitarse  a “indagar sobre trastornos psicológicos del individuo”; así como el Acompañante terapéutico no necesariamente va a limitarse a indagar acerca de la vida de la persona que va a acompañar, sino que incursionará más allá, introduciéndose en el mundo intersubjetivo sobre el que va a intervenir, la percepción que el entorno ofrece del acompañado, el ejercicio de los derechos, las actividades de la vida diaria, los momentos de ocio, la historia vincular de la persona, los transitares institucionales que ha tenido.

La entrevista resulta ser un instrumento de trabajo valioso para psiquiatras, trabajadores sociales, sociólogos, psicólogos en la medida en que amplían sus conocimientos respecto de la vida  de las personas en su cotidianeidad. Según Bleger, se trata de un instrumento apto para alcanzar el conocimiento de la vida diaria de las personas entrevistadas. Recurso que resulta de utilidad para el Acompañante Terapéutico cuyo ámbito de desempeño es la vida cotidiana del acompañado.

Campanini y Luppi (1996), sostienen que el principal objetivo de la entrevista efectuada en el domicilio es la profundización y comprensión del ambiente familiar a partir del estudio y la observación del mismo. Si bien considero que la entrevista puede ir más allá de la comprensión del ambiente familiar, claramente, en el acompañamiento terapéutico se presenta como un instrumento valioso al momento de realizar intervenciones, que no se limitan a llevar a cabo una praxis concreta sino que se expanden hacia una interpretación de aquello que se dice y aquello que no se dice.

En los inicios del acompañamiento terapéutico, el encuentro con el resto de los profesionales arroja información muy valiosa pero en muchas ocasiones escasa en tanto los ámbitos de desempeño difieren enormemente, lo que imposibilita ciertas lecturas. La información ofrecida por parte de los profesionales convocantes suele estar limitada al desempeño de la persona a acompañar dentro del consultorio y a aquellas acciones que puede o no ejecutar en la vida diaria de manera muy vaga. El relato respecto del modo de relación que la persona adopta cotidianamente con su entorno suele presentarse de manera difusa en tanto se entrecruzan los relatos de unos y  otros al respecto.

Para Ana Pampliega de Quiroga, la vida cotidiana es la forma de desenvolvimiento que adquiere día tras día la historia individual. Implica la reiteración de acciones vitales, en su distribución diaria del tiempo. Por eso sostiene que la cotidianeidad es espacio, tiempo y ritmo. Se organiza alrededor de la experiencia, de la acción, del aquí del cuerpo y del presente. La vida cotidiana muestra el mundo subjetivo que se experimenta. Pero a la vez, el mundo intersubjetivo, social compartido. Para cada uno, el mundo es un mundo vivido con otros. Es en esta vida cotidiana a la que es convocado el acompañante terapéutico a intervenir. En esa compleja trama que conforman el cotidiano de la persona acompañada, cotidianeidad producto de un contexto social, económico e histórico determinado. Cotidianeidad que en muchas ocasiones se ve atravesada por relaciones patológicas que pueden perturbar el acompañamiento terapéutico y que por tal motivo no deben ser ignoradas.

Antes de comenzar a trabajar pueden hacerse lecturas que faciliten nuestro trabajo y nuestras intervenciones, el acompañante terapéutico debe poseer las herramientas necesarias para escuchar ciertos enunciados en el entorno en que desarrolla su práctica que no se limiten a la comprensión sino que puedan ir más bien del lado de la interpretación y del análisis, lo que no necesariamente implica que su práctica este dirigida a interpretar y analizar. Con esto quiero resaltar la importancia que poseen poder tomar ciertas herramientas que faciliten la lectura de aquello que estamos haciendo.

Pensar en la entrevista como un instrumento en la iniciación del acompañamiento terapéutico, no implica dejar de lado la singularidad de la persona que se acompaña o la compleja y única situación en la que se lleva a cabo el Acompañamiento Terapéutico. Bleger sostiene que

Cada situación humana es siempre original y única -por lo tanto – la entrevista también lo es, pero esto no sólo rige en los fenómenos humanos sino también en los fenómenos de la naturaleza; cosa que ya sabía Heráclito. Esta originalidad de cada suceso no impide el establecimiento de constantes generales, es decir, de condiciones que se repiten con más frecuencia. Lo individual, no excluye lo general, ni la posibilidad de introducir la abstracción y categorías de análisis.

A partir de una demanda de trabajo, en la que se solicita que el acompañado pueda adquirir más autonomía en el desempeño de las AVD, poder indagarse las razones de  por qué no cocina, registrar si se debe a que nunca le enseñaron, si sus familiares tienen miedo a que se queme, si no lo creen capaz o simplemente consideran que lo van a hacer más rápido; son cuestiones que van a comenzar a dar una pauta del lugar que ocupa en ese complejo entramado familiar, del lugar que tiene a partir de esa mirada que le devuelven esos otros que lo rodean. Estos datos que se obtienen de ese primer momento, que es la entrevista, es lo que comienza a abrir paso a hipótesis diferentes y lo que va a ir marcando el rumbo de las intervenciones en ese cotidiano donde se va a intervenir. Si se trata de miedos por parte de la familia se pensarán estrategias de intervención que serán muy diversas de aquellas que se utilizarán en el caso de que a la persona a acompañar no le interese realizar tal o cual cosa.

Los datos recabados a lo largo de la entrevista pueden comenzar a dar una pauta de aquello que se desarrolla en las vinculaciones, por ello es tan importante poder hacer un registro de todas la actitudes a lo largo de la misma, no solo lo que se dice, sino también lo que no se dice, de las actitudes corporales, incomodidades, enojos, etc.

Qué preguntas hacer y cuáles no, dependerá en mucho de los datos con los que se cuente previamente y de la selección que el acompañante terapéutico considere pertinente al momento de llevarla a cabo. Las áreas a indagar están entrelazadas, sin embargo, es conveniente realizar una separación para mejor practicidad:lLa historia Vincular y los vínculos actuales, las actividades de la vida diaria, los momentos de ocio, los derechos y las obligaciones y responsabilidades.

  • La historia vincular y los vínculos actuales:

¿Cómo estaba conformada su familia? Integrantes, edades, nombres

¿Cómo era la relación entre los miembros en el pasado? ¿Cómo es en el presente?

¿Con quién se lleva mejor? ¿Con quién se lleva peor?

¿Cómo era su rutina?

¿Había familiares con alguna enfermedad? ¿Cuáles?

¿Perdieron algún miembro de la familia? ¿En qué circunstancias?

¿Con quiénes vive? ¿Cómo es la relación entre los convivientes?

¿Tenía amigos en la infancia? ¿En qué circunstancias los veía? ¿Los sigue viendo? ¿Cómo es esa relación?

¿Estuvo en pareja? ¿Cómo era esa relación? ¿Cuánto duroó? ¿Cómo fue el corte? ¿Tiene pareja en la actualidad?

¿Tuvo acompañantes Terapéuticos? De haberlos tenido ¿Cómo era su relación? ¿Qué cosas hacían? ¿Cuáles fueron los motivos de interrupción del acompañamiento terapéutico?

  • Los momentos de Ocio y tiempo libre:

¿Qué cosas le gusta hacer?

¿Tiene algún pasatiempo?

¿Sale de vacaciones? ¿Quién las organiza? ¿Con quiénes? ¿Participa de la organización? ¿Elige adónde vacacionar? ¿Bajo qué circunstancias?

¿Realiza algún deporte? ¿Desde cuándo? ¿Cómo se llevó a cabo esa elección?

¿Festeja su cumpleaños? ¿De qué manera? ¿Dónde? ¿Con quiénes?

¿Festejan Navidad y año nuevo? ¿De qué manera? ¿Con quiénes?

  • Actividades de la vida diaria:

¿Se baña solo? ¿Cuantas veces a la semana? ¿Requiere ayuda? ¿De qué tipo?

¿Cocina? ¿Lo dejan? ¿Puede hacerlo?

¿Limpia la casa? ¿Qué lugares? ¿Lo hace solo? ¿Desde cuándo?

¿Ordena y lava  su ropa? ¿Requiere de ayuda?

¿Realiza compras en el supermercado? ¿Requiere de ayuda? ¿Maneja el dinero? ¿Cómo se relaciona con los comerciantes?

  • Derechos:

¿Elige qué ropa quiere usar?

¿Elige el lugar de la casa donde quiere comer?

¿Decide qué programa de televisión quiere mirar?

¿Cómo es el manejo de su propio dinero? ¿Se lo administra él? ¿Requiere de algún tipo de apoyo?

¿Visita a sus amigos cuando lo desea?

¿Se puede bañar en cualquier momento del día?

¿Utiliza las llaves de su casa?

¿Fue a la escuela? ¿Por cuánto tiempo?

¿Participa de espacios sociales? Como clubes, iglesia, centros, etc.

  • Obligaciones y responsabilidades:

¿Cuida su alimentación? ¿Comprende su importancia?

¿Cumple con sus tratamientos? ¿Comprende su importancia? ¿Tiene conocimiento de su medicación? ¿Las administra solo? ¿Conoce la importancia que posee la medicación en relación a su tratamiento?

¿Sostiene los horarios de actividades?

¿Se despierta solo?

¿Administra adecuadamente su dinero? ¿Comprende los límites en cuanto a los gastos?

¿Mantiene su higiene personal? ¿Entiende la importancia que ello posee?

 

Conclusiones

En esa compleja trama intersubjetiva en la que interviene el acompañante terapéutico, la entrevista semi-dirigida en domicilio se presenta como una herramienta de gran utilidad. La utilización de la misma como un paso previo a la iniciación del Acompañamiento Terapéutico no solo contribuye a futuras intervenciones sino también, facilita el armado del encuadre.

Posibilita re-pensar la demanda de Acompañamiento Terapéutico y evaluar de acuerdo a los datos recabados en ese primer encuentro si es conveniente un solo acompañante terapéutico o más, si se cuenta con las herramientas y la experiencia necesarias para comenzar a trabajar en esa situación. Es un momento en el que el acompañante terapéutico puede incluso decidir, de acuerdo a la información obtenida, si sus deseos e intereses están dirigidos a trabajar en esa situación específica.

La administración de la entrevista en domicilio no deja por fuera lo que tiene que decir el acompañado al respecto, pues es aquí el protagonista principal, pero los datos que se irán recabando al respecto se darán de modo más natural en la medida en que se vayan sucediendo los diferentes encuentros; y es justamente en el desarrollo del Acompañamiento Terapéutico donde se ira observando cuán lejos o cerca han estado las lecturas de los interrogados de la situación concreta.

Finalmente, el tipo de preguntas a realizar como se mencionó previamente, dependerá en mucho del Acompañante Terapéutico y la información previa con la que cuente; así como también de la edad del acompañado.

 

Bibliografía

  • Bleger, J. (1964): “La entrevista Psicológica. Su empleo en el diagnóstico y la investigación” Ficha editada por el dpto. de Psicología, UBA
  • Bravo, L; Torruco García y otros (2013): “La entrevista, recurso flexible y dinámico”. Facultad de Medicina. Universidad Autónoma de México.
  • Lunazzi, H. “Las entrevistas en el proceso psicodiagnóstico”
  • Riviere, P. y Pampliega de Quiroga, A. (2010): Psicología de la vida cotidiana. 1°ed.17°reimp. Edit. Nueva visión. Buenos Aires
  • Saforcada, E. (2008) Enfoques conceptuales y técnicos en la psicología comunitaria”. Editorial Paidós. Buenos Aires