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Estrategia de cuidado: Del desamparo a una salida colectiva

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  • N° 5

Gimena Michelozzi, Psicóloga, Coordinadora regional de Salud Mental y Consumos problemáticos de la Región Sanitaria III

Introducción

Experiencia que se llevó adelante en el marco de la implementación de la estrategia “Cuidar a los que cuidan” por el Ministerio de Salud de la Provincia de Bs. As. a través de la Subsecretaria de salud mental, consumos problemáticos y violencias en el ámbito de la Salud pública.

La directora del Hospital L. N. Alem de la ciudad de Vedia realiza una demanda especifica de acompañamiento, orientación y contención en el contexto del COVID19 en función de las situaciones de urgencias, malestar emocional y de la sensación de desamparo del equipo de salud desplegados en la institución hospitalaria.

El trabajo fue llevado adelante por la Psicóloga Stella Bevilacqua y la Coordinadora regional de Salud Mental y Consumos problemáticos de la Región Sanitaria III Psicóloga Gimena Michelozzi.

 

                           “Un punto en el mar oscuro donde la luz se acurruca” Jorge Drexler

Era su voz la que se quebraba, astillada, dando cuenta de un dolor que intentaba encontrar palabra. La mirada por encima del barbijo se tensaba en cada enunciación, y a medida que avanzaba en el relato, aun resistiendo, lo empapaba casi sin aire. Sin aire. Ojos inyectados, color rojo dolor con la impotencia de que la vida, que es política, se volvía objeto. Todo el tiempo. Pero aun, quizás una fuerza que motoriza lo vital se lanza, esta vez con un grito a lo lejos, que, bajo alguna condición ética, termina deviniendo en llamado, en-llama-dos. Esta vez éramos dos o tres y más.

Encuentro en la urgencia, que, vestida de angustia, conmueve hasta las paredes de la institución, pide sorprenderse con un poco de humanidad que no será sin disponerse desde una escucha situada, con miramiento, con amoroso interés, reconociéndose ajeno y distinto, con cuidado sensible donde se inste a la posibilidad de poner distancia a aquello, a desarticular la encerrona y a suavizar el espanto rescatándola del desamparo.

Se inicia un relato donde el significante “Golpe” toma protagonismo, el impacto siniestro sin poder anticipar ni dimensionar y sus efectos. El golpe de lo real.

Aun así, en plena batalla mortífera sostenida “Pedí auxilio”, expresa.

Pocos días hacía que había fallecido un joven, no cualquier joven. El vecino, el amigo, el conocido del amigo, el compañero de… En una ciudad pequeña no hay desconocido, ni cualquier joven. Tampoco fue el primero. Eran todos o muchos los conocidos, los vecinos, los abuelos, las familias. Siempre alguno se llevaba algo de lo propio. Y entonces dolía más.

Ella capitaneaba un barco al que decidió no abandonar, ni dejar a sus compañeras/os arriba cuando todos se van. Pero, de un momento a otro, así de intempestivo, se quedó sin palabras, las que tenían ya no les servía. Probó con el abrazo, con trasmitir el mensaje del joven a los familiares, el llamado diario, la visita a la terapia, lo daba todo… pero no alcanzó. “Un saber encriptado duele enmudecido a la vez que habita el espacio como espacio de resistencia” escribe Marcelo Percia.

“Para todo lo otro sabemos que hacer”. “Acá ya no sabemos, no podemos”.

Es justo ahí, cuando el profesional de la terapia pudo emitir 2 palabras, solo “se murió” que devino nuevamente en golpe y patadas ante la muerte y una mudez que lejos de significar insensibilidad, la sensibilidad que no hay, venía a traer el plus, el exceso, quizás lo imposible de soportar. “Un real sin tener su correspondiente en el discurso”, conceptualiza Colette Soler.

Es ahí que se desata el caos.

“Ya no puedo más. Necesito algo que me ayude a seguir”. Casi un grito.

 

Cuidar a los que cuidan

El Ministerio de Salud de la Provincia a través de la Subsecretaria de Salud Mental, Consumos Problemáticos y Violencias en el ámbito de la salud pública, puso en marcha un proyecto de trabajo denominado “Cuidar a los que Cuidan”, para acompañar y contener a los equipos de salud en su trabajo cotidiano. La estrategia implica el acompañamiento, contención y consejería a equipos en hospitales generales en el marco del COVID-19.

El criterio principal de dicha estrategia es identificar y dar respuesta a diversas demandas (a veces inespecíficas) o situaciones de urgencia, malestar emocional o subjetivo que se despliegan en el contexto actual en la institución hospitalaria.

Producir un espacio de escucha y pensamiento conjunto desde una coordinación externa favorece la elaboración colectiva de lo que se presenta como angustia o malestar. Esto no se explica por la situación individual de cada trabajador, sino por una gran conmoción colectiva que tiene como centro de la estrategia de cuidado de salud hacia los equipos y, por lo tanto, de impacto también en los propios trabajadores.

Si desde el Estado no es posible reconocer los efectos subjetivos y las necesidades en clave contextual, si no se adoptan medidas de reparación, asistencia y acompañamiento y, sobre todo, si no existe tercero de apelación que pueda asumir funciones de regulación y legalidad en sus aspectos simbólicos, el dolor suele no poder transitarse siendo el desamparo cruel, la desolación y desanude al lazo social lo que acontezca.

“Cuando el Estado asume estas funciones de cuidado se inaugura un escenario doloroso pero posible de transitar. Cuando esto no ocurre, se perfila una caída en el vacío. Ahí ya no se trata de la angustia o de los síntomas sino de algo más complejo que es la desolación. La experiencia de una vida sufriente que nada vale para el común. Y que se expresa de formas muy diversas pero todas ellas desanudadas del lazo social.” Plantea Julieta Calmels

 

De entradas y también salidas en la Terapia

Será porque nos queremos sentir bien
Que ahora estamos bailando entre la gente
Será porque nos queremos sentir bien
Que ahora todo suena diferente. Charly García

Semanalmente compartimos el espacio de la terapia intensiva.

Nadie hasta el momento había podido salir de la terapia y de la intubación. Nadie. Ninguno de los/as vecinos/as, los/as conocidos/as de los conocidos/as, los/as compañeros/as, ni siquiera los/as amados/as.

Sí podían entrar. Muchos entraban.

También nosotras.

Entrar a la terapia y habitar esa función. Esta vez se trató de inventar un poco de aire, bajo cierta condición ética que orientaba al deseo. Ulloa nos advierte que “La ética del deseo debe balancearse con la ética del compromiso”. Dimos entrada o quizás apertura. Entrabamos y salíamos.

Era un espacio sostenido por el deseo compañero de que algo diferente acontezca.

Allí nos encontramos. “Ponerle voz al silencio de la terapia. Voz porque ruido hay” expresaban. Prestar mirada y también palabra. Nos vestimos como ellas, para establecer cuidados y pertenencia. Todas. Nosotras. Un común estar.

Muchas de las profesionales venían de meses de no poder dormir, las imágenes y palabras últimas de las personas que fallecían retornaban intactas por las noches, al modo de una película y con el ruido repetido al infinito, relataban. El pecho entumecido y con una mirada firme bastaba para despertar la angustia. El peligro de la muerte de la cercanía. Y lo real. La bolsa, el intubar, el ruido. Que no cesa.

Allí estuvimos creando condición para que la voz acontezca, irrumpiendo esa serie mortífera de repetición. Inventamos atajos, con palabras ante la angustia, compartiendo dolores, significando lo que irrumpía y quizás abrazando alguna esperanza entre tantos dolores.

Terceras, exteriores, conmoviendo la cotidianeidad, moviéndonos, de allá para acá, pero estando ahí. Haciendo circular la palabra y también respetando el silencio. Silencio que no abrumaba. Siendo parte. Angustiadas por momentos, pero acompañadas.

Y, sobre todo, advirtiendo, que algo nos anunciaba que el Cuidar (en tanto verbo y como estrategia estatal) inauguraba un modo de estar, sentir y hacer que viene a reparar la fragmentación en todas sus dimensiones deviniendo trama ética, clínica y política que apelara a la construcción de nuevos significantes que ordenen y propongan lo humano y lo colectivo como condición de trabajo.

 

                                                       «Probablemente de todos nuestros sentimientos el único que no es verdaderamente nuestro es la esperanza. La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose». Julio Cortázar.

 

Llegó José. “Y si le ponemos música”. Algo se conmovió para ellas.

La condición de la esperanza como posibilidad.

José inicia la serie, es el primero que sale de la terapia luego de 74 días de internación. Primera persona que sale de la terapia intensiva y la intubación luego de un año y medio de pandemia.

Lo vital y lo político. Salida que pudo ser ritualizada. Simbolizada. Salida colectiva.

No salió sólo José.

Una salida que inaugura. Que invita a entrar a otra escena.

“Luchar por un común vivir del que no hay forma de desengancharse”

Ella encontró palabras y colores. Ellas abrazaron la musicalidad de la salida. No era cualquiera. Todas supimos que nada volvería a ser como antes.

 

Tengo que aprender a volar
Entre tanta gente de pie.
Cuidan de mis alas unos gnomos de lata
Que de noche nunca ríen. Luis Alberto Spinetta

 

Ella escribe “Las chicas nos volvieron a poner de pie”.

Quizás José las haya visto allí.  Paradas. Sobrevivientes. Todxs

 

Como horizonte

“Cuidar a los que cuidan” como estrategia de intervención puede ser pensada en tres tramas que contribuyen a una compleja red de sostenimiento vital y que recupera, como política pública, la dimensión del cuidado.

Siguiendo la afirmación, la estrategia que fue implementada puede pensarse en un trenzado de tres tramas. Una trama clínica ya que se trata de un hacer sostenido por una orientación discursiva, un saber que se pone en tensión en cada encuentro. Una praxis, en sentido pleno. Y que subvierte la demanda como condición direccionada y única de intervención posible.

La trama ética; ya que cada profesional orienta su práctica por la ética que lo sostiene en su deseo, y en la construcción de nuevos modelos de atención más cuidadosos y humanos.

La trama política; ya que el “Cuidar» como política pública en salud inaugura las respuestas a una necesidad histórica de “procurar el cuidado, acompañamiento, la detección e intervención temprana, en función de las cuestiones que atraviesa el personal de Salud y la población vulnerada.

Este aspecto fundamental nos convoca a situar esta experiencia como disparador para repensar al sistema de salud en términos de incluir la dimensión subjetiva en los procesos de salud a partir de lógicas de cuidado con el objetivo principal de garantizar derechos y accesibilidad.

“El cuidado de sí es cuidado del otro, que es cuidado del mundo, cuidado de las palabras, cuidado de las cosas, cuidado de la naturaleza, cuidado de los saberes, cuidado de las instituciones, cuidado de las multitudes, cuidado de la economía, cuidado de la anomalía, cuidado de la política, cuidado de los sueños, cuidado esencialmente del deseo y la potencia de perseverar en el ser. El cuidado apunta a todos los modos posibles de incrementar nuestra potencia de obrar, de sentir, de pensar, por composiciones virtuosas junto a otros, aunque sea a la distancia. Eso genera afectos alegres. Reinventar todos los dispositivos, tecnológicos y estatales, es posible y hasta necesario si nos dejamos orientar por la lógica del cuidado y la potencia que nos constituye en común. Para ello es necesario producir una reforma del entendimiento que atraviese todos los niveles y dispositivos en juego y conduzca también a un cambio afectivo crucial.”   Roque Farran, Revista Bordes. Articulo “Hacia un paradigma de los cuidados”

Es en este sentido, y para concluir, que la realidad nos permitió comprender que todo cuidado individual tiene una dimensión colectiva y que es necesario incluirla como un eje central al pensar en términos de sistema.

 “… Clarea, clarea

Con el alma incendiada

De juntarse a doler

De juntarse a cantar

Clarea y es tiempo de arrancar

La mañana vendrá

Las canciones serán

la trinchera de nuestros días” Trinchera. Duratierra

 

Bibliografía consultada

Calmels Julieta, Las dimensiones del trauma. Reflexiones desde la experiencia argentina. En Experiencias en Salud mental y Derechos Humanos. Aportes desde la política pública.

Calmels Julieta, Pandemia y salud mental. La función de Estado https://www.pagina12.com.ar/335731-pandemia-y-salud-mental.

Roque Farran, Revista Bordes. Articulo “Hacia un paradigma de los cuidados” http://revistabordes.unpaz.edu.ar/hacia-un-paradigma-de-los-cuidados/

Percia Marcelo. Arriba que la vida sigue. 9 entrega. Revista Adynata. https://www.revistaadynata.com/post/arriba-que-la-vida-sigue-9-entrega—marcelo-percia. https://www.argentina.gob.ar/noticias/arriba-que-la-vida-sigue-por-marcelo-percia

Soler Colette. El trauma. Conferencia pronunciada en el Hospital Álvarez en Bs.As. 15 de diciembre de 1998.

Ulloa, Fernando. La encerrona trágica. Artículo de FEPRA . La encerrona trágica en las situaciones de tortura y exclusión social. Para pensar el dispositivo de la crueldad.

Ulloa Fernando. https://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-83921-2007-04-23.html

 

Drexler Jorge, Noctiluca. https://www.youtube.com/watch?v=FB9bK9f8xEA

García, Chaly, Buscando un Símbolo de Paz https://www.youtube.com/watch?v=dUU4vo1UfUU

Spinetta Luis Alberto. Canción para los días de la vida https://www.youtube.com/watch?v=c-cNfZwU6_w

Duratierra. Trinchera. https://www.youtube.com/watch?v=2Dzny6-9CgE