Desde Poiesis, Red de graduados/as de la Facultad de Psicología (UNLP) nos acercamos a conversar con uno de los referentes de las luchas por el ejercicio profesional de los/as psicólogos/as, el Lic. Guillermo Colantoni. No sólo formó parte de la Asociación de Psicólogos/as de La Plata, sino también ha sido fundamental su aporte al archivo del Colegio de Psicólogas y Psicólogos del Distrito XI, para poder reconstruir la historia de nuestra identidad profesional.
Fue un encuentro muy grato, dada la lucidez de Guillermo y la transmisión de sus recorridos militantes en el campo de la Psicología y la salud mental. Muy generosamente nos compartió sus inquietudes y su enorme aporte a las luchas por hacer legal lo legítimo en cuanto al ejercicio profesional de los/as psicólogos/as en nuestro país.
Guillermo se formó en la carrera de Psicología de la Universidad Nacional de La Plata. Ingresó en el año 1962 “éramos 80 ingresantes, una camada enorme”, previamente había estudiado la carrera de asistente social criminológico.
Por la obligatoriedad del servicio militar tuvo que interrumpir sus estudios, y se recibió en el año 1970. Su interés por la clínica fue marcando su recorrido, realizando una concurrencia en el Hospital Alejandro Korn de Romero, junto a referentes como Juan Carlos Galossi, Edith Pérez, Liliana Guido, Leticia Cufré, entre otras compañeras de intervenciones en el campo psi. Asimismo, destacó su interés por la Filosofía Existencialista, una de sus herramientas centrales en su práctica profesional.
Su recorrido también estuvo marcado por el trabajo con niños/as en espacios como el Hogar del Padre Cajade y también el hogar “Pantalón cortito”, como él nos expresó “siempre estuve en el barro”, marcando su interés por el trabajo situado y comprometido de la salud mental en territorio, y frente a uno de los grupos que en la actualidad más requieren de los aportes de los/as psicólogos/as: niños/as y jóvenes.
En su lucha un hito clave fue la participación en la Asociación de Psicólogos y Psicólogas de La Plata (APLP), que fue “la organización que nos defendía y velaba por nuestros derechos como profesionales”. En ese espacio Guillermo tuvo como sus principales objetivos luchar por la formulación de una ley de ejercicio profesional y dar batalla por la formación de otras asociaciones a nivel provincial y nacional.
Cabe destacar que algunos de los/as fundadores/as de la APLP fueron: Celia Estrebau de Pereira, Pilar Marrón de Porta, Irina Vallejos, Pedro Segal, Fany Kugel, Norma Delucca, Mirta Videla, Nora Portes. En ese momento los/as psicólogos/as eran auxiliares de los psiquiatras. Los/as primeros referentes de la APLP había elegido, en su mayoría, la rama clínica de la formación de la carrera de grado de Psicología en la UNLP (dado que existían tres posibilidades de acuerdo al plan de estudios de ese momento: rama Clínica, Educacional y Laboral).
Guillermo destacó que en ese momento bregaban por la figura de los/as psicólogos/as comprometidos/as con la comunidad y elaboraron un proyecto de Salud Mental para fomentar la participación comunitaria de los/as psicólogos/as. Colantoni señaló “era una tarea de insistencia, era la única forma” refiriéndose no sólo a las propuestas que desarrollaron, sino también a las luchas que desplegaron para promover el primer proyecto legislativo para legalizar el ejercicio profesional de los/as psicólogos/as.
Desde la APLP efectuaron una propuesta de trabajo que tuvo como fundamentos una concepción de la salud como
“derecho inalienable del pueblo, le es sustraída para luego ofrecérsela como una mercancía que justifica la práctica de profesionales especializados y que reasegura su existencia como grupo de poder. Consignando esto, no es de extrañar que el control de la situación se encuentre en manos de verdaderos monopolios de la salud que solo pueden representar los intereses de la oligarquía y el imperialismo, instrumentando para su consolidación un apolítica sanitaria gravosa para las necesidades y exigencias de la población, ya que: privilegia el área de la asistencia privada, opera a nivel sintomático y no etiológico (asegurando el mantenimiento del paciente) utiliza arbitrariamente los recursos existentes y limita (para no compartir sus fuentes de ingreso) el acceso de profesionales al campo del trabajo sanitario. Así es como -desde esta perspectiva- dichos profesionales solo pueden funcionar como excedente, noción que alude pulcramente a la desocupación o subempleo profesional” (APLP, 1973).
La propuesta de la APLP contemplaba la formación y acción profesional como ejes clave. Uno de los criterios centrales refería a un cambio sustancial en la modalidad de prevención, que “requiere de la participación organizada de la comunidad, en la promoción y mantenimiento de la salud”.
En el año 1974 se realiza el Congreso de Psicólogos/as en la ciudad de Córdoba, donde participaron referentes de Mar del Plata, San Juan, San Luis, Tucumán, entre otros lugares y donde se propuso crear el Día del Psicólogo/a, a propuesta de uno de los referentes de Mar del Plata.
Con el golpe de la última dictadura cívico – militar y eclesiástica en nuestro país, Guillermo se sostuvo resistiendo en la APLP, generando espacios de formación, como las jornadas que desarrollaban, pero también sosteniendo a los/as colegas. No sin gran sufrimiento. Él nos comentó que sufrió allanamientos en su casa, donde estuvo en riesgo su familia y también tuvo el pasaporte retenido. Pese a esto siguió sosteniendo el espacio.
Nos parece importante considerar una nota que Guillermo elevó al Colegio de Psicólogas y Psicólogas del Distrito XI, acompañando una donación muy importante de documentos del archivo de la APLP. En la nota señalaba:
Fui acompañante de idealistas, dos veces presidentes de la APLP, secretario general de la Federación de Psicólogos de la República Argentina FEPRA19, (que era la Confederación de Psicólogos de la República Argentina -COPRA- y por razones de aquella época se cambió la denominación) integrante de varias federaciones de profesionales, asesor en materia de programas de salud y cofundador de Confederación Panamericana (CoPaPsi) y otras participaciones y distinciones en el campo de la ciencia psicológica.
Fueron años difíciles en los que puse en riesgo no solo mi vida sino a mi familia y a quienes me acompañaron. Controlado en forma permanente (semanal en un tiempo) e impedido de salir del país (pasaporte retenido) y otras graves anécdotas desconocidas por gran mayoría de los psicólogos. Paralelo a la lealtad de amigos y a la vez de muchas desapariciones o torturas de ellos.
Pero a pesar de todo eso, junto a otros psicólogos y profesionales de otros ejercicios se intentó no desmoronarse ni perder las esperanzas, conservando una unidad solidaria, una actitud de servicio del quehacer del psicólogo para toda la comunidad y una fuerte defensa de la identidad del psicólogo, para que así las instituciones perduraran y supuestamente los venideros integrantes, al cabo de los años concretaran esas utopías que se generaron en los orígenes.
Así fue que al advenimiento de la “democracia”, me encontré desgastado, desilusionado, vapuleado por haber sido “gente del proceso”, ignorados mis pasos por la historia y a la vez apodado “socialista romántico”. Como mis convicciones no se democratizan, a partir de aquellas fechas, me llamé a retiro de todo tipo de función o cargo público (excepto un empleo público que por razones de militancia política nunca pudo ser de psicólogo – hoy jubilado- y el ejercicio de mi actividad privada).
Han transcurrido muchos años, mucho he desaprendido y mucho me falta por aprender, es una forma de no envejecer esto de saber escuchar. El motivo de estas líneas y de la carpeta adjunta no conlleva a nada, no me lo pregunto y me otorgo el derecho de no escuchar interpretaciones. Lo siento así. Cordialmente Guillermo Colantoni.
(Documento del archivo de la Biblioteca del Colegio de Psicólogos/as Distrito XI. Nota de Guillermo Colantoni MP 10.029 16 de marzo de 2012).
Guillermo Colantoni asumió diversas responsabilidades en la APLP en distintas funciones, así como también en otras organizaciones como la FEPRA y COPRA. En la nota refiere a este recorrido y el objetivo que lo sostuvo junto con otros/as psicólogos/as: “no desmoronarse ni perder las esperanzas, conservando una unidad solidaria, una actitud de servicio del quehacer del psicólogo para toda la comunidad y una fuerte defensa de la identidad del psicólogo”, este referente hace énfasis en la definición acerca de la unidad solidaria y la identidad del psicólogx, como dos pilares fundamentales de las acciones de la APLP.
Durante esa época de desapariciones de profesionales y prácticas de la salud mental, Guillermo sostuvo la APLP. Por la coyuntura de persecución la APLP cambió su personería jurídica, como asociación científico cultural. En ese momento, Guillermo nos comentó que era estratégica la formación para generar ingresos para la APLP, y de esta forma pudieron comprar el Local de la Galería Williams (en calle 48 entre 7 y 8). Junto con Ivonne Luppi, pusieron como respaldo sus propias casas para poder efectuar la compra del espacio.
El 5 y 6 de octubre de 1977, Guillermo, en el marco de la APLP, organizó las Segundas Jornadas Platenses de Psicología.
Una de las ponencias de las jornadas se denominó “El psicólogo y su entidad profesional”, de la Psicóloga Teresa Sarmiento de Fraguerio, vicepresidenta de la APLP, y evidencia que la organización gremial seguía existiendo y los debates a nivel legislativo y en articulación con la carrera de Psicología se mantuvieron pese a la persecución del terrorismo de Estado. Colantoni destacó en los medios que las jornadas “demuestran que, en los distintos puntos del país, los psicólogos se encuentran trabajando y nucleados en pro de la actualización y jerarquización de nuestro quehacer científico” (Colantoni en Diario El Día, 6/10/77).
Nos interesa señalar la importancia de la APLP en nuestra historia, y cómo también tuvo contacto con la carrera de Psicología, por ejemplo, a partir de una publicación en la Revista de Psicología (primera época):
La APLP “es el nucleamiento que a nivel gremial, científico y político agrupa a los psicólogos que trabajan en un radio de aproximadamente 100 km. de la ciudad de La Plata” (APLP, 1973, p.125), de acuerdo con la referencia que se presenta en el artículo que la APLP produjo especialmente ante la propuesta de la dirección de la revista, en un momento crucial “nos encontrábamos en plena lucha contra un anteproyecto de ley acerca de nuestra profesión que reeditaba todos los prejuicios acerca de la misma, cercenando de plano las conquistas científicas y gremiales alcanzadas en el terreno laboral” (APLP, 1973, p. 125).
La convocatoria a publicar en la revista es un hecho clave al momento de pensar el diálogo y las disputas políticas de la identidad profesional en el campo académico y el quehacer del psicólogo/a y su regulación.
Guillermo también fue referente de la Confederación de psicólogos/as de la República Argentina (COPRA), que fue una organización científico-política que surge como respuesta al desarrollo de la profesión, el incremento del número de egresados/as y las progresivas dificultades laborales y de formación encontradas en la oposición creciente al desempeño profesional, en un aumento especialmente conflictivo en nuestro país, en el orden político, social y económico.
Se configuró de manera definitiva en diciembre de 1972, luego de sucesivas reuniones en las que fueron incorporándose las distintas entidades provinciales. La aprobación de los Estatutos y la constitución de su Consejo Nacional de Delegados dieron a esta Confederación su organización definitiva. La elección de su Comisión Ejecutiva se realizó en julio de 1973.
En el marco de los esfuerzos por consolidad el ejercicio profesional de los/as psicólogos/as y sus luchas, Guillermo recordó sus encuentros con Beatriz Perosio, quien fuera la primera Presidenta FePRA (Federación de Psicólogos de la República Argentina) y presidenta de APBA (Asociación de Psicólogos de Buenos Aires). Perosio fue llevada por “averiguación de antecedentes” del Jardín de Infantes que había creado junto a una amiga, secuestrada, torturada y desaparecida.
En la actualidad Guillermo Colantoni comparte un espacio de militancia con otros/as colegas de La Plata y Mar del Plata, que se organizaron para generar un espacio de trabajo y también reconstruir aspectos históricos de nuestro campo profesional. Guillermo nos comentó que “quieren recopilar algo que se pueda leer y transmitir grandes conocimientos, sobre la salud mental y la Psicología, para que puedan acceder los estudiantes que la carrera, y pueden ver que no que siempre fue así, que hubo un montón de pujas”.
El 13 de octubre Guillermo participó del Encuentro que organizó el Colegio de Psicólogas y Psicólogos de Mar del Plata (Distrito X).
Nuestro entrevistado, referente de la organización de los/as psicólogos/as en nuestra ciudad, reflexionó también sobre los desafíos actuales de la Psicología y el campo de la salud mental. En este sentido, señaló la importancia de la solidaridad y la cooperación con la comunidad.
Guillermo hizo referencia a la situación de pobreza de la niñez, en la crisis económica de nuestro país, y destacó la necesidad de la existencia de una política de Estado. Asimismo, marcó la importancia de que los/as egresados/as de las universidades públicas contemplen un trabajo transferencia de todos esos años de formación gratuita, para contribuir a la comunidad, “pensando en el territorio y en la comunidad”. También hizo referencia a la importancia de cooperar con los hogares y comunidades, con presencia y con respuestas situadas en la comunidad.
En tiempos donde la educación y la salud están siendo diezmadas, que importante conmemorar las militancias de referentes como Guillermo Colantoni, que no sólo contribuyeron a la configuración de una identidad profesional, su regulación y ejercicio efectivo, sino también han promovido espacios de construcción colectiva y solidaria, ¡aspecto central en tiempos donde la solidaridad y la tarea colectiva es la trinchera para dar batalla en defensa de la Justicia Social!