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El neoliberalismo y la falta de políticas públicas en torno a la salud mental

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  • N° 7
  • Salud Mental

A.T Cámara, Cecilia Araceli. Coordina equipos de Acompañantes Terapéuticos. Trabaja en el Hospital Dr. Alejandro Korn de Melchor Romero./////////Ximena, Alvarez Rotondo. Lic. y Prof. en Psicología de la UNLP. Perito Psicóloga.

“No hay salud sin salud mental,

 no hay salud mental sin inclusión social.”

Dirección Nacional de Salud Mental. 2010-2011

 

El presente trabajo realiza un análisis de las repercusiones que genera el neoliberalismo en las políticas públicas, específicamente, en torno a la salud mental de las personas externadas.

 

Este sistema como modelo político-económico expone dos principios fundamentales: el libre mercado y la falta de intervención y/o regulación del estado. De allí se desprenden: la privatización, la reducción de gastos públicos, la flexibilidad laboral, entre otras medidas restrictivas. Su régimen no se presenta como garante de derechos, sino que por el contrario se caracteriza por ser técnico-administrativo.

La Ley Nacional N° 26.657, propone un concepto de salud mental entendida como un proceso determinado por componentes históricos, socio-económicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento implican una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de derechos humanos y sociales de toda persona.

Silvia Bleichmar propone que la producción de subjetividad es el orden político e histórico. Aquellos enunciados de una sociedad que instituyen, que constituyen; es decir son los que posibilitan la construcción de sujetos capaces de integrarse a su cultura de pertenencia.

Entonces, en una sociedad neoliberal, ¿qué repercusiones genera en la vida de las personas esta política? ¿qué subjetividad produce? ¿qué lugar hay para la salud mental? ¿y para los usuarios externados?

 

Pensamos las externaciones de los hospitales monovalentes a partir de la Ley Nacional de Salud Mental y el sistema neoliberal en el que estamos inmersos.

Se toma la situación del Sr. Ricardo, usuario externado de un hospital monovalente de la provincia de Buenos Aires, de 42 años; habiendo atravesado tres internaciones, siendo la última de cuatro años. En la actualidad vive en una pensión que alquila junto a otros usuarios del hospital. Con un subsidio económico por discapacidad de dieciséis mil pesos por mes, con el que debe pagar diez mil pesos en alquiler. Las condiciones de los contratos inmobiliarios no le permiten acceder a una mejor vivienda. A su vez, debe costear los honorarios para acceder a un acompañamiento terapéutico. No recibiendo ningún otro beneficio por parte del estado, la compra de alimentos se torna insostenible a lo largo del mes. El bolsón de comida que le provee el hospital no es suficiente.

¿Cómo hablar de gustos, intereses, proyectos y sentidos de vida, cuando solo se trata de sobrevivir el día a día?

Las instituciones totales generan masividad, donde la singularidad es aplastada, en tanto no hay lugar para el deseo personal. A su vez, la falta de políticas públicas adecuadas y ejecutadas que abordan las externaciones hace que el borramiento de la singularidad se replique cuando viven fuera de estas instituciones.

En las pensiones alquiladas, se reúnen cinco usuarios a realizar una comida conjunta con lo que tienen, para que el alimento les alcance hasta fin de mes. Cuando los usuarios son externados, deben continuar trabajando junto a los equipos terapéuticos que los asisten en el despliegue de autonomía, rastreo de gustos e intereses, etcétera, que han perdido a lo largo de años de internación. Sin embargo, ¿cómo es posible continuar trabajando estas cuestiones en un sistema económico que deja librada su alimentación a la entrega de un bolsón de comida semanal tal como lo muestra la situación de Ricardo?

El trabajo, en tanto eje fundamental en la vida de cualquier persona, permite el desarrollo personal y social. Sin embargo, la inclusión de los usuarios externados tiene un límite cuando se piensa en su inserción laboral. Solo puede pensarse en el trabajo informal, que muchas veces se reduce a la venta ambulante lo que les aporta mínimos ingresos.

Franco Basaglia en su libro La condena de Ser loco y pobre, pone de manifiesto en la idea de “dejar entre paréntesis la enfermedad”, que uno de los motivos de permanencia de los usuarios en las instituciones monovalentes a lo largo de muchos años, refiere a una cuestión de pobreza, o en otras palabras por recursos económicos, lo que en los hospitales suele llamarse “casos sociales”. De este modo se continúa perpetuando su vulnerabilidad psicosocial, y construyendo enunciados que los fijan a una posición subjetiva de excluidos.

Para llevar a cabo las externaciones y sostenerlas, no puede ponerse el foco exclusivamente en el abordaje terapéutico, sino que se trata de un tema mucho más profundo. Tal como lo menciona la ley, la salud mental se encuentra atravesada por múltiples factores.

 

Palabras finales

No puede obviarse el impacto que poseen las políticas económicas del neoliberalismo en la salud mental de la población en general y de usuarios externados en particular.

Como trabajadoras de la Salud Mental consideramos que nuestro posicionamiento ético-profesional se encuentra enmarcado desde una perspectiva de Derechos Humanos. Que nos permite pensar e intervenir a través de la lectura de los distintos componentes que determinan la salud mental. Entendemos como fundamental la inversión en políticas públicas que permitan el desarrollo de una sociedad más equitativa y justa que abarque no solo a los ciudadanos externados, sino a la población en general.

No pudiendo quedar librado a la creatividad de los equipos interdisciplinarios tratantes el armado y acompañamiento de los micro-emprendimientos destinados a paliar las necesidades económicas de los usuarios, sino que, como ya lo mencionamos, deben ser planificados como parte de políticas de estado.

Referencias

Amarante, P. (2009) Superar el manicomio. Editorial Topia

Basaglia, F. (200) La condena de ser loco y pobre. Editorial Topia.

Bleichmar, S. (2010) El desmantelamiento de la subjetividad. Editorial Topia.

Ley Nacional de Salud Mental 26.657

 

Dibujo de Juan Pablo Banfi, Acompañante terapéutico

 

De las autoras

A.T  Cámara, Cecilia Araceli. Fue estudiante Adscripta de la catedra de “Fundamentos de la Educación” en la Facultad de Humanidades de la UNLP. Fue Colaboradora alumna en el seminario Salud Mental, DDHH y adicciones en la Facultad de Psicología de La UNLP. Participo en PPID y PPI+D en la Facultad de Psicología de la UNLP. Trabajo en el Centro de día Los tilos coordinando grupos de personas con discapacidad. Trabajo en el Servicio de Salud Mental del Hospital de Niños de La Plata “Sor María Ludovica”. Trabajo Coordinando grupos de Adultos mayores con deterioro Cognitivo. Coordino equipos de Acompañantes Terapéuticos. Trabaja en el Hospital Dr. Alejandro Korn de Melchor Romero. Trabaja en extensión de la Facultad de Psicología de la UNLP en  Coordinación de Grupo Barrial de personas con  O.D.H  y niños. Escribió Varios artículos en congresos y revistas.

Ximena, Alvarez Rotondo. Lic. y Prof. en Psicología de la UNLP. Perito Psicóloga. Cursando la Carrera de Especialización en Psicología Forense, de la UBA. Participó en PPID y PPI+D en la Facultad de Psicología de la UNLP. Fue referente de coordinación general en la capacitación técnica Universitaria “Intervenciones comunitarias e institucionales para la inclusión social. Pifatacs”. Trabajo como psicóloga de equipo técnico del Servicio Local de Quilmes. Trabajo como psicóloga clínica y tallerista en ONG en “La casita de los chicos de Gorina”. Trabajo como acompañante terapéutico en instituciones educativas. Trabaja en el Ministerio de mujeres, políticas de género y diversidad sexual, en el área de casos críticos y alto riesgo. Trabaja como psicóloga clínica en Trama, cooperativa de Salud Mental, y participa de la biblioteca popular Bibliotrama. Escribió varios artículos en revistas de salud mental.