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ASPO y derecho a la educación – Dificultades y desafíos en la tarea docente

  • Artículos
  • Nº1
Educación

Autora: Mg. Romina Urios

Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio; a saber: de trabajar y ejercer toda industria lícita; de navegar y comerciar; de peticionar a las autoridades; de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino; de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa; de usar y disponer de su propiedad; de asociarse con fines útiles; de profesar libremente su culto; de enseñar y aprender.
Constitución Nacional Argentina- Artículo 14

Historizar para comprender. Historizar para no repetir, historizar para transformar.

Finnegan, F. y Pagano, A. (2007) en el Cap. 2 del libro “El derecho a la educación en Argentina”, plantean que a partir de la década del ‘40 en nuestro país, con el inicio del modelo de estado de bienestar, comienzan a darse modificaciones que contribuyen a proporcionar un incremento en los derechos de la población, entre los que se encuentra el derecho a la educación.

Pero hacia la década del ‘70, con la irrupción del neoliberalismo y sus marcadas características de consumismo e individualismo, se asiste a un período de desmaterialización y fragmentación de derechos sociales.

Esto quiere decir que el acceso al derecho a la educación –como cualquier otro derecho- va a estar siempre vinculado con el modelo de estado vigente, el contexto particular que nos encontremos atravesando y las políticas públicas que se implementen en consonancia.

A partir del año 2003, se asiste a un cambio de paradigma en nuestro país, en el cual se empiezan a fomentar políticas que impulsan la garantía y efectivo cumplimiento de derechos fundamentales de la población. Nuevamente se intenta privilegiar el derecho a la educación como aquel que va a favorecer la autonomía y autodeterminación de los pueblos. La educación secundaria pasa a ser obligatoria (Ley de Educación Nacional N°26.206/2006) para garantizar la accesibilidad al sistema educativo a un mayor sector de la población.

El derecho a la educación implica reconocer que toda la población, cada habitante del territorio goza de ese derecho humano fundamental, fundamental para fomentar la autonomía. Asimismo, implica el compromiso por parte del Estado y de la población, de respetar y garantizar el pleno acceso y goce de derechos. Para que esto sea posible, es necesario poder conocer y comprender las normativas, para poder llevarlas a la práctica concreta en la realidad cotidiana.

ASPO y derecho a la educación. Dificultades y desafíos.

En este contexto de pandemia y ASPO –Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio-, surgen muchas reflexiones respecto de cómo garantizar el efectivo acceso a la educación. En mi caso particular trabajo en docencia universitaria, en donde se puede encontrar un abanico amplio en lo que respecta a la procedencia -socio-económica, geográfica- de lxs estudiantes. Nuestra facultad -Psicología- debió llevar adelante todo un proceso de virtualización de las asignaturas para poder acompañar y sostener el proceso de enseñanza-aprendizaje, para lograr el avance y la terminalidad de la carrera de lxs futurxs profesionales, atendiendo lo más posible a las particularidades de cada unx. En el caso de los estudiantes de primer año, el gran desafío es cómo promover la afiliación institucional y la permanencia. Alumnxs que el único contacto real que tuvieron con docentes de la facultad fue en el curso de ingreso, que sólo transitaron los pasillos durante un mes, que deciden comenzar una carrera universitaria -en la mayoría de los casos, la primera- en un contexto en el que al iniciar el ciclo lectivo se decreta el ASPO, lo que hace peligrar la continuidad.

Pienso que en este contexto lo que se intenta hacer prevalecer es eso: la permanencia, el avance, evitar la deserción, el abandono, el desánimo. Garantizar el derecho a la educación en este contexto, más que ocuparse de los contenidos, debe centrarse en acompañar a lxs alumnxs para sostener sus trayectorias académicas.

En el contexto actual, se hace necesario romper con una educación preformada a los requerimientos curriculares habituales y proponer una educación centrada en le alumnx, en donde lo que se privilegie sean sus necesidades, revalorizando sus saberes previos, propios de su contexto y cultura y la situación que se encuentra atravesando, en un intercambio dialéctico entre docente y alumnx. Con todo lo difícil que esto resulta, sobre todo, en la masividad de los primeros años de la carrera.

Considero que en este tiempo, la forma de avanzar tendrá que ver con intentar acompañar a lxs estudiantes y también con derribar mitos, sobre todo en lo que hace al tratamiento que los medios de comunicación al respecto, en donde lo que aparece es una crítica al sistema educativo, poniendo el énfasis en cómo lxs alumnxs se van a atrasar en contenidos, qué pasa con los que no tienen acceso a la tecnología, dejando de lado los esfuerzos denodados que hacen lxs docentes y el estado por garantizar el derecho a la educación, con estrategias como la virtualización en tiempo récord de materiales, planificaciones, propuestas de trabajos, actividades; en el caso de las asignaturas con Prácticas Profesionales Supervisadas, adecuar los dispositivos para que se pueda transitar algo de la práctica aunque no sea en forma presencial; el esfuerzo de lxs docentes en aprender a utilizar nuevas herramientas tecnológicas y digitales, poner a disposición de lxs estudiantes todos los medios de comunicación posibles, aún aquellos que antes nunca se hubiesen facilitado al alumnado; la transformación de espacios del hogar en salón de clases virtual; que nuestrxs hijxs pequeñxs sean “asistentes” y “secretarixs”, mientras damos clases. El esfuerzo de lxs estudiantes por sostenerse a pesar de todo, en la academia.

Se hace necesario adecuar-nos, pensar y repensar-nos en la práctica docente en vinculación con cada estudiante en este contexto, sabiendo que nosotrxs tampoco estamos ajenos a los efectos de esta pandemia. Intentar siempre hacer prevalecer el cumplimiento de los derechos desde las posibilidades concretas que tengamos, haciendo uso de la creatividad en esta situación inédita.

Después de todo, en eso consiste la alfabetización –que no sólo se reduce a enseñar las letras y cómo leerlas, como muchxs suponen-: en conseguir que las masas y sobre todo las llamadas “minorías”, tomen conciencia de la importancia de su participación en lo político, como una práctica cultural.

La educación, en todo contexto -pero aún más en uno adverso- es un acto político.

Bibliografía.

  • Finnegan, Florencia y Pagano Ana (2007). “El derecho a la educación en Argentina”. Cap. 2 – Páginas 63/76. Colección libros FLAPE.
  • Serra, María Silvia; Canciano, Evangelina (2006). Las condiciones de enseñanza en contextos críticos. Buenos Aires: Ministerio de Educación. Disponible en: www.porlainclusion.educ.ar/documentos/modulo1mail.pdf