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La Escena judicial: la pandemia y el acompañamiento en los juicios por Lesa Humanidad

  • Artículos
  • N° 8
  • Terrorismo de Estado

- Equipo de acompañamiento - Dirección de Grupos en Situación de Vulnerabilidad - Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires - Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.// Bassani Cobeñas, Guadalupe//// Esteban, Matias//// Gentile, Julieta///// Larralde, Mariana///// Montoya, Sabrina////// Nucifora, Cintia////// Ponthot, Gabriela////// Schwab, Lorena////// Silva, Emanuel

La Escena judicial: la pandemia y el acompañamiento en los juicios por Lesa Humanidad

La importancia de lo simbólico en el escenario judicial y los efectos de la virtualidad.

ABSTRACT

En esta producción se busca compartir algunas reflexiones e interrogantes que surgieron en el acompañamiento en los juicios por Crímenes de Lesa Humanidad en el contexto de pandemia y que aun, en el devenir, emergen e invitan a repensar la tarea como agentes de un Estado que apuesta a la reparación en la violación a los Derechos Humanos.

 

Introducción

A partir de esta producción escrita intentaremos compartir algunas reflexiones e interrogantes que surgieron en el acompañamiento en los juicios por Crímenes de Lesa Humanidad en el contexto de pandemia y que aun, en el devenir, emergen y nos invitan a repensar nuestra tarea como agentes de un Estado que apuesta a la reparación en la violación a los Derechos Humanos.

Las experiencias de acompañamiento a víctimas y familiares del Terrorismo de Estado, se han dado desde el regreso a la democracia en el año 1983, pero es recién después de la segunda desaparición de Julio López, suceso cuyos efectos emocionales hicieron urgente articular políticas públicas de asistencia y contención a lxs involucradxs, que la Secretaría de DDHH de la Nación creó el Plan Nacional de Acompañamiento y Asistencia Integral a lxs Querellantes y Testigxs Víctimas del Terrorismo de Estado, cuyo objetivo es unificar criterios, potenciar esfuerzos, y dar mayor eficacia al acompañamiento y protección de testigos.

El Equipo de Acompañamiento de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, surge en el año 2012 y se institucionaliza en el año 2015. Pero es recién en el año 2021 que una nueva normativa provincial (RESO-655/21) resalta la importancia de la tarea en el contexto de los juicios de lesa humanidad.

Desde el año 2020 y en la actualidad, el Equipo se encuentra acompañando en tres Juicios: Vuelos de la Muerte que lleva adelante el TOF Nº 2 de San Martín, Triple A, por el TOF de Bahía Blanca y el Juicio de las Brigadas de Banfield, Quilmes y Lanús, por el TOF Nº 1 de La Plata. Es en el marco de este último en particular, a partir del cual nos disponemos a reflexionar.

Decretada a nivel mundial el estado de Pandemia debido al virus COVID 19 y la medida de  ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio), los juicios entraron en una pausa, esto hizo que tanto los organismos de Derechos Humanos, como las víctimas, familiares, equipos de acompañamiento y querellantes, entre los que se encuentra la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, comiencen a organizarse para garantizar la continuidad de los procesos de justicia, pero sobre todo para que se generen instancias que eviten la revictimización de quienes vayan a prestar declaración testimonial.

Varias preguntas aparecían en ese momento ¿Cuándo vuelven los juicios? ¿Se pueden pensar dispositivos que puedan ser evaluados y revisados en el transcurso del mismo? Estos debates, y el apremio del tiempo junto a la impunidad biológica, hicieron que los juicios comenzaran a realizarse de manera remota.

 

El escenario judicial

“Los juicios que en la actualidad se sustancian en la Argentina son un pilar central para la reparación de la memoria dañada y de los efectos devastadores sobre lo social, razón por la cual se hace imprescindible abrir el debate acerca de los tradicionales mecanismos de administración de la justicia, en los cuales la figura del testigo es central” (Rousseaux F. 2009, pág. 69)

 

Tomemos algunos elementos que brinda el teatro para pensar la puesta en escena, prestemos atención a la escenografía, a las luces y sonido, al vestuario, al texto; pensemos en los roles de lxs distintxs actores y el lugar del público en la obra. Sin dudas, el desarrollo de los juicios a través de plataformas virtuales ha generado un escenario que nos trae algunas novedades.

Oliveira en el texto Los juicios orales y la construcción del ‘objeto judicial’, plantea que las audiencias orales pueden ser observadas como actos rituales en los cuales se dramatizan relaciones de poder, vínculos asimétricos y jerárquicos y formas de pensar la verdad y la justicia” (Oliveira).  Afirma que, en el despliegue de símbolos, prédicas, actitudes esos roles diferenciales y jerarquías se remarcan, se refuerzan.

En los juicios de lesa humanidad, se pueden diferenciar los lugares de lxs jueces, de las querellas y fiscalía (están de un lado) y el de lxs defensores (están del otro). Lxs imputadxs, en caso de que estén presentes, suelen estar todxs juntos acompañadxs por sus familiares.

¿Qué pasa en esos escenarios con lxs testigxs? Wikinsky (2016) nos va a decir que

... a través de numerosos formalismos que regulan la forma discursiva que debe adquirir la declaración, formalismos que no se ponen jamás en discusión, y que pretenden ofrecer un marco de ‘objetividad’. (p.72)

Las personas dejan de ser consideradas sujetos para pasar a ser objetos del procedimiento judicial. En ese dispositivo, lxs testigxs se ubican en el centro de la escena, a veces acompañadoxs por alguien el equipo, a veces solxs. Su público, su familia, detrás. Aquí es necesario aclarar que los juicios de lesa humanidad no son cualquier juicio. En ellos se ponen en juego años de lucha. La corporalidad se siente, el ruido, la incomodidad frente a las preguntas, los aplausos, un grito interrumpe la escena, le da existencia, advierte.

¿Qué podemos decir del escenario en el que se están desarrollando los juicios en el contexto de la pandemia por COVID-19? En primer lugar, los formalismos se flexibilizaron. La escena judicial existe, pero es otra. La solemnidad, los simbolismos, lugares y rituales son otros. Las generales de la ley, no faltan. Hay presencia de caras reticuladas, algunas identificables, otras no, enmarcadas, unas al lado de las otras, indiferenciadas. La Plataforma Zoom, coloca de manera azarosa a imputadxs, querellantes, juecxs y testigxs en un mismo plano, invisibilizando las jerarquías.  No hay un lado y el otro, los cuerpos y sus consistencias no están ahí, están en otro lado, sólo hay imagen. Incluso algunas cámaras se encuentran apagadas. El público no comparte el entorno, pero está presente en las plataformas en las que el juicio se transmite en vivo (y en diferido). Puede expresarse a través de mensajes, puede comentar, pero tales palabras no estarán en el escenario principal donde se desarrolla el juicio.

Los rituales del proceso judicial que configuran el escenario, aportan elementos para que la justicia se constituya en un proceso de reparación simbólica. Sabiendo que es imposible volver a un estado anterior a las violaciones de derechos humanos, es que apelamos a lo simbólico de la reparación, es decir, a reconstruir algo, abriendo un proceso de reposicionamiento subjetivo, de simbolización y de creación, singular en cada víctima que incluye aquellos aspectos que hacen a la construcción social-histórica-política del sujeto. No importa cuáles son esos rituales, sino que existan y sean ofrecidos en un contexto que posibilite la reparación.

 

El trabajo de Acompañamiento

“Estar al lado de – Contener – Apuntalar – Sostener- asumir el desafío de generar instancias, la de testimoniar es una pero no la única, que se transformen en oportunidades para propiciar algo del orden de lo elaborativo. Apuntar a esos “puntos de fuga al procedimiento judicial” para instituir pequeños actos de libertad”

 

Como profesionales de la Salud Mental y con la responsabilidad que tenemos en tanto agentes del Estado, pensamos en nuestras intervenciones la necesidad de hacer justicia desde la promoción de la verdad como antídoto frente al ocultamiento que anida lo siniestro (Ulloa, 1986), y de la inscripción de las mismas en una lógica reparatoria.

El acompañamiento que llevamos adelante en el devenir de la práctica, mediante un movimiento creativo, busca armar un dispositivo flexible que se apoya en la confianza, la disponibilidad y la responsabilidad, apela al encuentro y a generar un espacio donde la palabra pueda circular y el silencio sea respetado.

En el apartado anterior, referíamos a la importancia que tiene el escenario judicial en la producción de los testimonios y cómo está cargado de símbolos y rituales que suelen desconocerse por la ciudadanía. Frente a ello, parte de nuestro trabajo es explicar a lxs testigxs dónde se ubican las partes, sus nombres, a qué organismo pertenece, cuál es su función, etc. Acceder a esta información aporta tranquilidad y seguridad al momento de testimoniar. Esta tarea de reconocimiento de la escena de manera anticipada, tan necesaria en el marco de los juicios orales presenciales, hemos tenido que reconfigurarla en el marco de la virtualidad.

En el transcurso de las primeras audiencias del Juicio de las Brigadas fuimos registrando el desconcierto que produce no poder ubicar a los actores que intervienen, ya sea porque las cámaras se encuentran apagadas, o porque no están identificadxs correctamente; a su vez, la posibilidad otorgada a algunxs de lxs imputadxs, de encontrarse en la comodidad de sus casas, refuerza la impunidad y la hace presente en cada audiencia.

La escena judicial en la virtualidad configura espacios diferentes, donde la intimidad de quien participa se hace pública, las personas que prestan testimonio lo hacen desde sus casas, por lo tanto, es nuestra función garantizar espacios que acompañen a las víctimas del Terrorismo de Estado, propiciándoles una atención adecuada según las especificidades que se requieran.

No es la primera vez que desde el equipo nos comunicamos con las personas que acompañamos a través de plataformas virtuales o telefónicas. Entre los años 2016 y 2019 en el juicio de Subzona XV, desarrollado en Mar del Plata, hemos acompañado a sobrevivientes y familiares que se encontraban en el exterior de manera remota. Pero a diferencia de las particularidades que tienen los juicios en el contexto de la pandemia, en aquella oportunidad, la declaración testimonial se realizaba en una embajada o consulado, existía un funcionario que acreditaba identidad, garantizaba la conectividad, mientras que la audiencia se desarrollaba en forma presencial en el tribunal. Desde la pantalla se veía el escenario judicial tradicional. El testigx salía de su casa y de su intimidad/privacidad para declarar. En aquel entonces, parte de las reflexiones que teníamos estaban vinculadas con valorar las posibilidades de comunicación brindadas por la tecnología, por medio de las cuales se pudo estar cerca – sostener – apuntalar a la distancia y observar que esa intervención tenía efectos. Trabajar el testimonio para que el mismo no se dé en condiciones de soledad era importante. En la actualidad, ese acompañamiento incluye poder reconstruir el escenario que se desdibuja entre las múltiples pantallas y también acompañar el proceso de apropiación de los dispositivos tecnológicos por parte de lxs testigxs, ya que muchxs no saben usarlos.

En el transcurso de las audiencias hemos identificado situaciones que ameritaban intervención y entre las estrategias que nos fuimos dando para intentar evitar que quien declare sea revictimizadx es que decidimos, en conjunto con otros equipos de acompañamiento, hacer algunas sugerencias y pedidos al tribunal:

  • Cada persona que participa de la audiencia por plataforma Zoom deberá poner su nombre y apellido y en calidad de qué participa, y cada vez que se dirija a un testigx deberá presentarse de forma clara.
  • Que el tribunal garantice la tecnología necesaria en caso de ser requerida por el testigx;
  • Que la declaración no sea transmitida si el testigx así lo solicita;
  • Que adopte las medidas que crea necesarias en los casos en que el testigx no quiera que lxs imputadxs estén presentes en la misma transmisión por Plataforma Zoom.

 

Rousseaux plantea que las victimas/testigxs del Terrorismo de Estado, enfrentan cada día los estrados judiciales donde la valentía de hablar es de ellxs pero la de escuchar y acompañar es nuestra, por lo tanto nos parece importante solicitar esas medidas al Tribunal, así como también las que vayan surgiendo en el devenir de las audiencias con el fin de propiciar una reparación integral ya que

el trabajo de acompañamiento incide sobre estos puntos de sutura, pero también de apertura de absolutos, de suavizar la textura de los recuerdos. Muchas veces sin esa posibilidad el testimonio no puede llevarse adelante (Rousseaux F., 2009, pág 72)

sobre todo en este contexto.

 

Reflexiones finales

“El testimonio, lejos de tener un sentido unívoco, es significado una y otra vez de un modo singular por cada une. A su vez, la forma en que cada víctima habita el espacio testimonial supone una determinada manera tanto de involucrar el cuerpo como de crear, movilizar y disputar sentidos y, muy a menudo, enfrenta a la justicia con aquello que la excede como institución” (Cels, POST 2021)

 

Los Juicios de Lesa Humanidad nos han demostrado con los años, que sostener las formas, ritos y simbolismos desconociendo el contexto y el tiempo transcurrido arman condiciones difíciles para que el acto de justicia se constituya en una reparación simbólica, para quienes han sido víctimas del Terrorismo de estado. Es por esto que sostenemos la importancia de que tanto nuestro dispositivo de acompañamiento como el escenario donde se despliega el acto de justicia, deben ser flexibles para propiciar las condiciones subjetivas de la reparación.

Con las medidas impuestas a raíz de la pandemia, aparecieron nuestras dudas ¿Cómo se adaptaría el dispositivo de acompañamiento? ¿Cómo afectaría el nuevo escenario en los efectos reparatorios que aporta el proceso judicial?

En un constante revisar sobre qué es lo que se mantiene, y cuál es el lastre del que debemos desprendernos, hoy podemos decir que, como los años, la virtualidad también ha permitido flexibilizar determinados ritos judiciales que estaban naturalizados, quizás pasado algún tiempo podamos evaluar los efectos de estas transformaciones.

Los juicios sobre los que basamos este trabajo, aún no han terminado, hemos acompañado varios testimonios y aún no podemos concluir sobre sus efectos. Como sabemos, la reparación es singular, pero también produce efectos en el tejido social. La memoria colectiva va juntando más piezas sueltas del rompecabezas que a su vez tendrá efectos en lo subjetivo. De alguna forma la reparación social facilita la reparación individual, de la que también hemos tenido muy valiosas muestras en este transcurrir.

Es así que frente a las nuevas coyunturas, los nuevos escenarios, se nos impone el desafío como equipo de acompañamiento de seguir trabajando para que esta tarea, que es cada vez, y junto al resto de lxs actores que forman parte de este proceso nos permita instituir actos reparatorios siempre singulares y subjetivos pero también sociales e históricos.

 

Bibliografía

Dhualde, Eduardo Luis (2009). Acompañamientos a testigos contra el terrorismo de Estado. Primeras experiencias. 1a ed.- Buenos Aires: Ministerio de justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación. Secretaria de Derechos Humanos.

Equipo de Salud Mental del C.E.L.S (2021). POST Cómo luchamos (y a veces perdimos) por nuestros derechos en pandemia. Buenos Aires: Siglo XXI .Capítulo MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA, Poner el cuerpo de Guadalupe Basualdo, Federico Ghelfi, Juan Cruz Goñi, Sol Hourcade, Florencia Mogni, Anabella Schoenle.

Graciela Guilis y Equipo de Salud Mental del C.E.L.S. (Centro de Estudios Legales y Sociales). “El concepto de reparación simbólica”. Artículo, En: www.cels.org.ar.

Oliveira, Maria José. Los juicios orales y la construcción del “objeto” judicial. Disponible en https://equiponaya.com.ar/articulos/politica02.htm

Rousseaux Fabiana y Dhualde Eduardo Luis (2015). El ex detenido – desaparecido como testigo de los juicios por crímenes de lesa humanidad. Ciudad autónoma de Buenos Aires: Fundación Eduardo Luis Dhualde. Capítulo: Memoria y Verdad. Los juicios como rito restitutivo.

Wikinski, Mariana (2016). El trabajo del testigo. Testimonio y experiencia traumática, Buenos Aires, Ediciones La cebra. Pp 69-89