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Acompañamos experiencias: Consejería Feminista “La Hoguera”, Chivilcoy

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  • N° 2

Cecilia Robledo, estudiante de la Licenciatura en Psicología de la UNLP - Sede Chivilcoy

Las consejerias feministas son espacios que emergen de la organización feminista para ejercer en forma autónoma los derechos sexuales integrales.

La Hoguera de Chivilcoy, es un espacio que construimos ante la necesidad y falta de una salud más inclusiva, fue al calor de la movilización colectiva de un mayor acceso a materializar nuestros deseos en torno a una sexualidad libre, plena y sin violencia y la garantización del derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y proyectos. Somos parte de una red provincial que en nuestra ciudad se concretó de la mano de grandes compañerxs y profesionales como Micaela Roman (trabajadora social), Cecilia Marzoa y Mariano Lozza (médicxs generalistas), quienes nos acompañan hasta el día de hoy. La particularidad que tenemos en la misma, es que hemos logrado cumplir un rol activo como efectores de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) dentro del sistema de salud. Dicho de otro modo, acompañamos a mujeres, varones trans y personas no binaries desde lo social, pero también dentro de un marco sanitario con el trabajo interdisciplinario de profesionales de la salud y compañeras que nos abocamos a la tarea de acompañar sumando claramente la presencia del Estado garantizando los métodos.

Mariano Lozza y Cecilia Marzoa construyeron en 2014 un espacio de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) dentro de unos de los Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) de la ciudad mientras, en paralelo, empezamos a entramar una red con compañeras de la organización política y social “Movimiento Evita”. En ese momento el camino para el acceso no estaba tan allanado, por lo cual la problemática no estaba en discusión con la fuerza de hoy, ni en Chivilcoy ni en la provincia. Al remitirnos a este momento es inevitable recordar las innumerables estrategias que nos dimos. En esos años lxs pocxs médicxs que se animaban a acompañar esta práctica, eran perseguidxs por las farmacias haciendo indagaciones que no correspondian, el Estado no se hacia cargo de la compra de misoprostol y fue a través de esta organizacion feminista como las compañeras podían acceder a él (viajábamos a Capital Federal para comprarlo allá, ayudando a juntar el dinero necesario para un tratamiento medicamentoso que aumentaba semana a semana, antes de estar en precios cuidados y posteriormente al salir de ellos con la gestión macrista).

En 2018, con el tratamiento de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, nos constituimos formalmente como “La Hoguera” y desde allí vimos un aumento notable de las consultas.

Somos una red provincial formada por militantes que se encontraron con la necesidad y el deseo de otras/xs compañeras/xs de interrumpir su embarazo. Ante las dificultades en el acceso al aborto y a la atención plena a la salud sexual integral, dimos una salida desde el feminismo: la organización colectiva. La Hoguera fue y es la herramienta mediante la cual apostamos a construir un dispositivo de abordaje territorial que acompañe desde una lógica sumamente diferente a la del sistema médico hegemónico.

Caminamos la conformación de una red de consejerías con la organización feminista como bandera, nos reunimos en contra de la falta de información y la injusticia social, teniendo como eje ineludible el deseo. Sabemos que las realidades son muy distintas en todo el país, en cada distrito en el que nos encontramos, pero todas las ciudades conectábamos, aún hoy, haciéndonos presente y organizándonos donde el Estado se encuentra ausente, donde a las mujeres y disidencias son vulneradxs y violentadxs.

Las redes de sujetxs políticxs, generan estrategias para el acompañamiento a otras mujeres, lesbianas, varones trans y no binaries para proporcionar información segura sobre la práctica ambulatoria del uso del misoprostol y el ejercicio de los derechos sexuales y (no) reproductivos.

 

Creemos que militar el derecho al aborto no es solo construir justicia (no)reproductiva, sino que supone la tarea de cuestionar la heterosexualidad como régimen político y la maternidad como destino ineludible de las mujeres y personas gestantes.

 

Salud comunitaria, acompañamiento feminista – Los espacios que construimos en colectividad

Sobre los acompañamientos feministas en la Interrupción Voluntaria del Embarazo. El camino que hacen las/lxs compañeras/xs cuando se acercan, en pos de solicitar información y posteriormente la práctica y acompañamiento en sí, es en primera instancia desde nuestra línea pública.

Esta línea pública es el teléfono exclusivamente destinado a la recepción de consultas y desde el cual hacemos los acompañamientos en el momento en el que se usa el tratamiento medicamentoso.

 

  • Pre aborto: Contacto Inicial Línea pública

En esta instancia recabamos datos básicos sobre la persona consultante y hacemos las indicaciones correspondientes de acuerdo al motivo por el cual se comunica.

 

  • Grupo de acompañamiento: Encuentro virtual o presencial, según lo que desee quien se acerca.

Acá hacemos un acercamiento a los modos de uso seguro de misoprostol, recolectamos datos de manera anónima para la posterior tabulación y producción de estadísticas, presentamos el espacio y abordamos los mitos, creencias y todo aquello que movilice particularmente a quien se acerca.

 

  • Consulta médica, espacio de escucha

 

  • Durante: acompañamiento telefónico

Este acompañamiento durante el uso domiciliario del misoprostol es central y lo que mejor expresa el concepto de acompañamiento feminista, aquí acompañamos y abordamos las dudas, consultas e inquietudes de la persona mientras lleva adelante el procedimiento.

En muchas entrevistas posteriores o a través del intercambio de mensajes, muchas mujeres nos expresan que este acompañamiento es el que las ayuda a atravesar de otra manera el miedo o los nervios que aparecen y saber que del otro lado hay una compañera atenta a acompañarla y contenerla cambia el panorama.

 

  • Post aborto: Encuentro virtual o presencial

En esta instancia es donde charlamos sobre cómo la persona atravesó la práctica, ofrecemos espacio terapéutico a quien lo requiera y/o solicite (con la psicóloga de la consejería o derivando), se hace la revisión con nuestro médico de la ecografía posterior al uso de misoprostol y se hace consejería sobre métodos anticonceptivos y salud sexual.

Por otro lado, y profundizando en La Hoguera desde uno de nuestros ejes de trabajo como organización feminista, apuntamos a la democratizacion de la información con capacitaciones.

Creemos firmemente que parte del aporte que podemos hacer a la deconstruccion del sistema médico capacitista, heteronormativo y biologicista es transmitiendo y construyendo colectivamente la informacion de una manera más feminista y popular, sin tantos conceptos academicistas, pero siempre desde la responsabilidad.

Quienes formamos parte del movimiento feminista tenemos la capacidad de producir y reproducir saberes, clara muestra de esto fue la publicación del libro “Todo lo que queres saber sobre cómo hacerse un aborto con pastillas” de la colectiva “Lesbianas y feministas por la descriminalizacion del aborto” que sin ser profesionales y netamente movilizadas/xs por el deseo de difundir información segura marcaron el camino con él. Sostenemos con esto que ya no queremos más esperar al Estado como quien tome la posta de ciertas cosas, nosotras y nosotrxs tenemos las herramientas para hacerlo porque somos quienes formamos las bases con nuestras experiencias día a día desde hace muchísimo tiempo; somos parte de las soluciones a todo lo que falta conquistar en materia de derechos.

Por ello en marzo de este año pudimos generar una capacitación de cuatro encuentros presenciales en el CUCH (Centro Universitario de Chivilcoy) donde está nuestra sede de la Licenciatura en Psicología; con todas las medidas de prevención y cuidado, nos encontramos con más de 17 compañeras con el fin de formarnos de cara a seguir fomentando los acompañamientos feministas con una mirada hacia la salud comunitaria dentro de la consejería. Hubo encuentros que fueron abiertos a la comunidad (como la presentación del espacio y el taller de métodos anticonceptivos y salud sexual integral) y otros destinados a quienes querían sumarse a nuestro espacio (como el segundo taller que fue sobre uso seguro de misoprostol, mitos y el de entrevista).

 

Somos experiencias y acompañamos experiencias

Siento desde el recorrido personal por este espacio (del que formo parte casi desde su surgimiento) que sabe ser trinchera, que hablar de acompañamiento feminista, habla de un acompañamiento como par, desde la sororidad, desde el deseo de que la otra no atraviese sola el proceso.

La Hoguera como organización popular y feminista, me brindó la posibilidad de pensarme realmente en redes con otras y otrxs todo el tiempo y estar acompañando es asumir que yo tampoco estoy sola.

Como estudiante de la Licenciatura en Psicología, puedo decir que el paso por la consejería codo a codo con profesionales de altísima calidad humana, con perspectiva feminista y comunitaria junto a la escucha y acompañamiento de (y con) tantas compañeras es lo que me permitió obtener herramientas que espero complementar con las que proporciona la formación dentro de la facultad.

Como estudiante, pero también como militante feminista considero que antes que nada somos feministas y desde ahí acompañamos, es desde la empatía y la óptica de del buen vivir para todas y todxs.

 

Es Ley

Desde la consejería creemos que sin duda la Ley Nacional N° 27.610, es el puntapié inicial para comenzar a reparar el daño que causó la ausencia del Estado, la desinformación. Es el pilar con el que vamos a construir una patria un poco más justa teniendo como bandera a todas las mujeres y disidencias que murieron a causa de prácticas inseguras y la herramienta legislativa con la que iremos por todo lo que falta.

La lucha por la despenalización del aborto, tanto desde lo que fue la construcción de la Ley en la Cámara de Diputadxs y Senadorxs, pero también en la sociedad, en las casas, las instituciones y en las calles, conlleva saldar (como un proceso que claramente llevará tiempo) el silencio, la culpa y el dolor a las que las prácticas clandestinas y una ILE que no era de fácil acceso para todas y todxs nos arrojó.

 

Nuesta mirada acerca de la despenalizacion del aborto en la salud mental

De esta manera y relacionándolo con lo anteriormente expresado, orientamos nuestra militancia entendiendo a la salud como el estado de bienestar físico, mental y social, y no solamente como ausencia de afecciones o enfermedades. Esto último lo reforzamos en la disputa que damos al hablar de uso domiciliario de misoprostol, porque supone la “desmedicalización” de una práctica que no precisa ni debe ser hospitalizada porque no se trata de un padecimiento. Esta mirada creemos que es lo que permite dar el salto a pensar a quienes interrumpen su embarazo como sujetxs de derecho, ya no pacientes, ni invisibilizadxs, ni víctimas. Es en el proceso de acompañar amorosamente la interrupción del embarazo, en contraposición a la noción de “traumático” que victimiza e invisibiliza la voz de quienes atraviesan esta práctica, desde donde intentamos fomentar la posición activa, el ser protagonista del proceso como puente a la autonomía y empoderamiento.

Desde la red de consejerías no nos corremos ni un paso de afirmar que abortar no es una situación traumática en sí misma, sino que es otro proceso de nuestra sexualidad. Lo traumático se encuentra en la clandestinidad, en la desinformación, en el miedo y en la soledad.

Algo de esto es desarrollado por Ana María Fernández al decir en su libro “Las lógicas sexuales. Amor, politica y violencia” al plantear lo siguiente: “En un marco de legalidad, los abortos no necesariamente llevan la carga de significaciones de culpa y muerte que presentan en los países en los cuales esta práctica es aun penalizada”. Con ello podemos reafirmar que cada experiencia es singular, que no se debe caer tampoco en suponer ni subestimar, dadas las significaciones individuales que producimos y que las redes feministas que supimos articular están en pos de acompañar esto también.

Sabernos protagonistas de nuestros proyectos de vida es algo que aparece constantemente en los espacios de escucha, entrevista y acompañamiento y creo que se vincula a lo sanador y restaurador de las conquistas que se dieron de diciembre a hoy. Tener la ley, protocolos, espacios de formación y ser parte del sistema de salud como consejeria feminista, son elementos que retoman las experiencias de las mujeres, que le dan lugar a la polifonía de voces.

Sabemos que la experiencia local de generar acompañamientos feministas, de brindar información en un espacio más cálido desde lo físico, pero también desde lo simbólico es lo que inevitablemente abonan al bienestar general para las personas que acompañamos.

Con la ética del deseo como horizonte, como colectiva anhelamos la construcción de un sistema de salud feminista donde los acompañamientos que llevamos adelante puedan ser politica pública en cada rincón del país. Queremos transformarlo todo para que las realidades de las mujeres y disidencias estén más cerca de lo que soñamos.